“Al principio fue una prueba de fuego total, ya que me costaba mucho dejar a mi bebé y no tenerlo en brazos a cada instante, pero con el tiempo fui acomodando todo”.
Enmarcados en este mes tan especial para las mamis, FOCO se traslada hasta Villa Hayes para presentar a Karen Gisella Espínola, joven madre que disfruta del desafío de crecer junto a su pequeño, tanto como madre, así como emprendedora.
“Ser mamá y emprendedora es un desafío muy grande, por sobre todo, por la distribución de tiempo ya que mi hijo es muy pequeño y necesita de atención. Tengo que ingeniarme con juegos didácticos e inventar canciones mientras estoy realizando mis productos”, comenta Karen.
En este contexto, explica que durante la noche prepara sus afiches publicitarios, arma las cajas e idea las promociones a lanzar. “Al principio fue una prueba de fuego total, ya que me costaba mucho dejar a mi bebé y no tenerlo en brazos a cada instante, pero con el tiempo fui acomodando todo”, acotó.
Asimismo, destaca que no hay imposibles, ella se sigue adaptando a los cambios y, a la par, va creciendo con su hijo. “Es una experiencia sumamente enriquecedora en muchos aspectos, comparto más con mi hijo, manejo mi horario laboral y estoy muy feliz de ir creciendo en éste ámbito”, añadió.
La aventura como emprendedora inició en plena pandemia, con la marca “Rembiapohe”, hace un año atrás, entre harina leudante, vainilla, huevos y un poquito de dulce casero, Karen se decidió a probar con la preparación y venta de algunos bollitos al horno.
Familiarizada con la cocina desde muy pequeña, Karen encontró la inspiración justamente allí entre fogones e ingredientes. “Desde pequeña observaba ahí a mamá haciendo maravillas, entonces me decidí a emprender en este sector para aumentar el ingreso en casa. Puesto que nos veíamos afectados económicamente”, detalló la emprendedora.
Rembiapo He propone medialunas, pastafrolas, donas, alfajorcitos de maicena, cookies, brownies, bollos al horno y rolls de cacao para quienes gustan de lo dulce. Asimismo, ofrece empanadas al horno, pan casero, enrollados de jamón y queso, sándwiches de jamón y queso, bocaditos varios (milanesitas, croquetitas, pizzas caseras, sándwiches de miga).

Según la temporada, el menú se amplia con mbeju con cocido, chipas, comidas típicas. Cada producto se destaca por lo artesanal, desde el diseño de las cajas, la presentación e incluso el sabor. “Trato de darle mi toque y sazón personal siempre”, indicó y explica que le encanta variar con la textura de sus masas y ciertos rellenos son totalmente caseros.
En cuanto a la aceptación de los comensales, señaló que ha sido muy positiva. “Realmente no pensé que fuese así. En poco tiempo, voy adquiriendo más clientes gracias a la publicidad de los mismos clientes ganados, esto me reconforta mucho, porque voy a un paso lento, pero seguro”, dijo Karen.
Frente al desafío de emprender en pandemia, mencionó que necesitaba emprender para poder dedicarse netamente a esto, ya que anteriormente trabajaba en un shopping, con limitado horario. “Quería arriesgarme a que mi ingreso sea por cuenta propia, como ya tenía practicidad en esta área no dudé y lo hice”, recordó. Aunque reconoce que es un rubro bastante competitivo, no le queda dudas de que siempre se vende, siempre hay alguien ahí detrás recomendando tu trabajo, tu autenticidad e interés.
Seguir creciendo. Aunque actualmente están comercializando a través de Instagram, Karen comentó emocionada que están próximos a tener una infraestructura “donde el cliente podrá darse un gustito de ser un rembiapolover”.
Interesados en conocer más sobre los productos pueden visitar la página en @rembiapohe.py o contactar al WhatsApp (0971) 851-736
A futuro, el objetivo es ser una fuente de trabajo para otros jóvenes, ampliar la variedad de productos, y llegar a más personas de la ciudad. “Ser una marca reconocida por el hecho de que ofrece productos de excelente calidad, esa es la meta”, finalizó.