Hace casi 30 años que una conversación con su padre le cambió a Willem van Waesberghe, la vida para siempre. Tuvo que hacer una dura elección de la que no se arrepiente y con el tiempo no solo adquirió experiencia, sino también la sabiduría necesaria para hacer que todas las fábricas del mundo logren el mismo sabor de una de las cervezas premium más apetecidas del mercado.
La historia de Willem van Waesberghe es única y sorprendente, además es el ejemplo de que cuando uno nace para determinada labor nada puede cambiar el destino. Para muchos, este nombre les es completamente desconocido, pero sin haber saltado a la fama, puede estar seguro de que millones de personas en todo el mundo ya conocen su trabajo y darían cualquier cosa por estar en su lugar.
Y es que Willem es brewmaster de Heineken global, es decir, el sabio maestro cervecero de una de las bebidas más consumidas del planeta. Es el experto que guarda la receta original y controla la producción mundial para que todas las fábricas, desde Europa hasta América, logren el mismo inalterable sabor, tan característico y deseado.
Siendo aún muy niño, Willem decidió a qué se dedicaría cuando fuera mayor. Esta resolución tuvo una lógica e inocente explicación: cuando era pequeño le regalaron un dinosaurio, entonces estudió y comenzó a ejercer la paleontología, pero su espíritu inquieto hizo que luego prefiriera ser un geólogo.
Cambio radical. “Yo estaba trabajando en Francia como geólogo y como mi padre es “brewer”, un maestro cervecero, en casa yo era la única persona con la que podía hablar sobre química. Por aquella época hacíamos muchas caminatas por el bosque y aprovechábamos para hablar de infinidad de cosas, pero claro, él me contaba sobre la elaboración de cerveza. En cierta ocasión, estando en Francia trabajando llegó mi padre y como siempre empezamos a hablar. Le comenté que me encontraba con dudas de continuar con la geología y al finalizar la charla ya había decidido optar por las cervezas en lugar de las rocas”, comentó riendo Willem, quien comenzó a trabajar un par de años con su padre en Heineken y luego la firma le hizo una propuesta que no pudo rechazar.
Debido a que nació en Holanda, nuestro protagonista no habla castellano, pero sí domina el inglés, idioma en el que explica que se siente muy honrado de continuar con una generación de maestros cerveceros y mantener el sabor de la Heineken original.
“Es realmente una gran responsabilidad, ya que estamos hablando de una misma familia que va por la cuarta generación”, dice y alega que también se siente muy honrado de poder ser partícipe de la Heineken 00 y de la Heineken Silver, que son las variaciones que van al lado de la original.
Tres décadas. En realidad, ya son 29 años, recuerda. Empezó en enero de 1995 en la cervecería Heineken y con el tiempo y las experiencias fue notando que las diferentes instalaciones son las que influencian en el sabor de la cerveza. “El desafío que tenemos las fábricas de cerveza es adaptar el sabor, las recetas a las diferentes compañías de fabricación de cerveza, las instalaciones, hacer que todas tengan el mismo sabor”, indicó.
Aclaró que es por eso que los fabricantes de cerveza nunca dicen que es la misma receta, sino el mismo sabor. Para entender este punto, utilizó una comparación y explicó que una pizza se puede elaborar en un horno eléctrico o en uno de gas, entonces el cocinero debe adaptar la receta para lograr siempre el mismo sabor.
“Hace casi 140 años que el sabor se mantiene igual, son la levadura, los materiales crudos y el equipo en el que se prepara desde 1889 los que hacen la magia. Al iniciar la producción se hacía con tanques de madera, luego se pasó a los barriles de metal que son más grandes, y ahora los horizontales son aún más grandes. La idea es mantener el mismo sabor, pero con el equipo distinto”, asegura.
Fórmula completa. Esa revelación es parte del secreto del gran éxito que alcanzó esta cerveza, pero la fórmula completa de Heineken exige otros detalles que son vitales, como que tiene que estar elaborada con 100 % pura malta. Es decir, el único cereal en la elaboración es la malta de cebada. No lleva otros granos como maíz, arroz o algún tipo de aditivo.
El uso de pura malta hace que tenga una calidad máxima, además le da un sabor equilibrado, muy característico de Heineken, que coloca a esta cerveza entre las más solicitadas en todas partes.
“También diría que es la levadura lo que mantiene el mismo sabor frutal de Heineken. Se podría decir que la mantuvimos “feliz”, por eso seguimos con el mismo proceso en la fabricación”, agrega.
Willem van Waesberghe, brewmaster de Heineken global. Foto: Ralphie Zotti.
Color verde. Willem admite que no sabe mucho sobre el mercado paraguayo porque sólo ha estado dos veces en el país, sin embargo, también reconoce que le encanta estar aquí.
“Es que todo aquí es verde. Cuando yo salgo a mirar, veo que es todo verde, eso es lo más maravilloso”, dice con mucha sinceridad. La naturaleza, las plantas, el aire cálido tropical contrasta con el de Amsterdam.
También las costumbres son diferentes aquí en Paraguay, desde el trato con las personas hasta las reuniones con asados o fiestas, sin embargo, afirma con seguridad que la Heineken es una bebida muy fácil de beber, es decir, es muy balanceada y la cuestión es que las personas alrededor del mundo son bastante diferentes.
“No es lo mismo tomar una cerveza aquí que en Países Bajos o Europa. Aquí en Latinoamérica la Silver, con el clima, tuvo mucha popularidad, debido a que es más fácil de beber, es refrescante y tiene menos amargor”, explica y agrega que él no podría decir cómo los consumidores ven a la Heineken, pero con orgullo expresa “que hay algo que hace que sea querida en todos lados”.
Presente en todo el mundo. “A todos les gusta la cerveza, solamente hay que probar”, dice, y prueba de su afirmación es que la Heineken está presente en 192 con una producción de más de 50 millones de litros.
“En Europa, las personas jóvenes buscan tener mayor control, por eso les gusta mucho la 00 o la Silver, ya que tienen menos alcohol, pero también va bien y se asienta bien con las personas mayores. Yo prefiero la original, al igual que mis hijos, pero sería más acertado decir que la preferencia depende de la ocasión”, opina.
Willem explica que cuando habla de la juventud y de las nuevas generaciones, siempre encuentra pequeñas diferencias, al igual que en el momento en que quieren tomar cerveza. “Nosotros ya nos hemos adaptado a ellos al crear la Silver o la 00, pero siempre hay nuevas oportunidades de seguir desarrollando nuevas cervezas, pero eso es un secreto”, afirma con una sonrisa.
Temperatura ideal. Una virtud que nadie puede negarle a la cerveza es que siempre es la preferida sobre otras bebidas. Es tan popular que hasta en la época de los faraones egipcios era consumida. Y a través del tiempo logró perfeccionarse y adaptarse a todos los gustos y a infinidad de platillos.
La Heineken puede acompañar muchos platos, desde carnes, ensaladas o pastas, ya sean picantes, condimentadas, asadas, pescados. “Personalmente para mi va muy bien con el sushi”, reconoce Willem, quien en su calidad de maestro cervecero también reveló que esta bebida tiene una temperatura ideal para ser consumida. “No a cualquier temperatura, sino a unos 3 grados. Esa es la temperatura ideal para que el sabor pueda ser disfrutado en su totalidad”, aseguró.