Todos soñamos con asegurar nuestro futuro económico y para eso debemos conocer las opciones que nos permitirán diversificar nuestras inversiones. Una alternativa válida son los ingresos pasivos, que generan renta sin un esfuerzo físico de nuestra parte.
“Este debe ser nuestro objetivo a largo plazo, pues a medida que vayamos creciendo, nuestros ingresos pasivos deben superar a los ingresos activos. Con ello, es posible llegar a la preciada jubilación con una entrada mensual asegurada”, explicó Elisa Ferreira da Costa Perán, asesora en inversiones y gerente general de Trust Family Office.
La experta recomendó analizar los perfiles de riesgo antes de invertir. Al respecto, dijo que están los que son conservadores, dispuestos a arriesgar su patrimonio, siempre que esté resguardado y no sufra fluctuaciones.
Los moderados son los que buscan preservar su capital, pero que no tendrían problemas en invertir en papeles con un poco más de riesgo. Y, por último, los agresivos son aquellos que son más arriesgados, que les gustaría obtener ganancias mayores y no tienen inconveniente a enfrentarse a ciertas fluctuaciones en el camino.
“Según los riesgos, podemos diversificar en activos financieros de esta manera: los inversores conservadores; invertir entre un 90 % en renta fija que cuente con algún tipo de garantía, como CDA o papeles emitidos por el Estado, otras opciones conservadoras con bajo riesgo son los bienes inmuebles y metales preciosos. Para que no todo esté en renta fija o inversiones no muy líquidas, un 10 % podría invertirse en fondos mutuos conservadores que se puedan disponer de los fondos en caso de necesitar liquidez inmediata”, detalló.
En cuanto al segundo grupo, los moderados, lo recomendable es invertir 50 % en activos bien conservadores como lo anteriormente mencionado, CDA, papeles del Estado, tierra y metales, seguidamente distribuir un 25 % en fondos mutuos y el 25 % restante en bonos. En cambio, si se opta por ser un inversionista agresivo, lo ideal sería 20 % en CDA, papeles estatales, tierra y metales; 20 % en fondos mutuos, 20 % en bonos. Luego, un 40 % en inversiones con intereses variables, entre estos, un porcentaje en otras inversiones alternativas.
“A medida que el inversionista es del perfil más agresivo y, por ende, también sus inversiones, se espera que los ingresos pasivos de este sean mayores”, concluyó.