Detrás de cada botella de Sprite hay una historia de innovación y compromiso con el medioambiente. El Circular Tour de Sprite de Coca-Cola PARESA y Aliados por el Reciclaje mostró, en un recorrido de más de 360 kilómetros, cómo la frescura de esta bebida top del verano se envasa en botellas hechas 100 % de plástico reciclado.
Si hay algo que distingue a Sprite en Paraguay es su frescura inconfundible. Pero detrás de cada botella de esta icónica bebida se encuentra una historia que pocos conocen: la de su fabricación con plástico 100 % reciclado.
¿Cómo se logra que una botella usada vuelva a la góndola convertida en una nueva sin perder calidad? ¿Quiénes están detrás de este proceso? ¿De dónde provienen los insumos? Para descubrirlo, nos embarcamos en el Circular Tour Sprite, un viaje en el que pudimos observar el renacer del envase de esta marca comprometida con el medioambiente.
Un envase que siempre se renueva. La sede de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) fue el punto de encuentro en donde directivos de Coca-Cola Paresa y de la UIP ofrecieron un desayuno de bienvenida a sus aliados comerciales e influencers y con palabras introductorias adelantaron que enseñarían cómo la botella de Sprite vuelve a sus orígenes luego de ser vendida al consumidor final. Resultaba una incógnita para los presentes el itinerario que recorre un envase que sale de la fábrica y, siguiendo la cadena de consumo, no se desecha definitivamente, sino que, renace.
La aventura comenzó con la promesa de que todas las dudas serían contestadas y la curiosidad saciada. Los invitados abordaron los minibuses con la intención de descubrir el misterioso trayecto que cada envase de Sprite recorre y enfilaron hacia la primera parada del Circular Tour Sprite.
La distancia desde la sede de la UIP hasta la planta de la firma Circular PET S.A. fue corta, aunque caracterizada por la ansiedad de los presentes, ya que la primera posta fue en la ciudad de Mariano Roque Alonso, frontera con Asunción. En este recinto industrial esperaban a la comitiva representantes de la Compañía Recicladora S.A. (Coresa) y de Circular PET, quienes como bienvenida explicaron que el acrónimo PET significa en realidad “tereftalato de polietileno”, un compuesto químico utilizado para la fabricación de envases, botellas, frascos e incluso materiales textiles.
El ingeniero químico Silvino Sforza, de Circular PET, contó que reciben cargas de Coresa en forma de hojuelas de plástico triturado y limpio, denominadas “flake”, que son producidas con envases recolectados en distintos puntos del país. Con este insumo, tras un proceso que implica 12 horas de proceso industrial, se crean los pellets, que son como pequeños granos de PET, que posteriormente son utilizados para la fabricación de las preformas, que son pequeñas botellas que parecen tubos de ensayo. Estas proto botellas son vendidas a distintas compañías -entre ellas a Coca-Cola Paresa- que se encargan de darles forma según sus productos.
Los pellets son pequeños granos de plástico que se fabrican a partir de envases reciclados y son la materia prima de la botella de Sprite. Foto: Matías Amarilla.
La planta de Circular PET trabaja las 24 horas, los 7 días de la semana, porque la demanda de estos envases hechos de plásticos reciclados es muy alta e incluso exportan gran cantidad de su producción, principalmente a Argentina. Sin embargo, el ingeniero Sforza aseguró que el mercado interno se encuentra en proceso de crecimiento, lo que los motiva a continuar innovando y ampliando sus horizontes.
Los invitados recorrieron las instalaciones, pudieron palpar los pellets y conocer cada maquinaria que se encarga de contribuir con este circuito virtuoso que permite que los envases de Sprite vuelvan a la industria y se potencie el reciclaje. De hecho, este último aspecto no solo es una actividad que impacta positivamente en el medio ambiente, sino que es fuente de trabajo digno para más de 20.000 familias de recolectores. Para conocer las historias detrás de las botellas recicladas que reciben Coresa y Circular PET, la comitiva emprendió un viaje al sur del país.
Héroes anónimos del reciclaje. Para encontrar a los protagonistas del reciclaje, la comitiva siguió la senda del plástico hasta San Ignacio, Misiones, donde se encuentra el Centro de Acopio RB. Allí, decenas de trabajadores se encargan de recolectar, clasificar y prensar los envases proveídos por cientos de familias recicladoras, para luego ser enviados a Coresa y posteriormente a Circular PET.
El intenso calor de la siesta paraguaya no fue obstáculo para más de una decena de obreros que, a la hora de la llegada del Circular Tour, se encontraban en la mitad de su jornada laboral. Los encargados del recibimiento fueron René Benítez y Pabla Ramírez, un matrimonio que desde hace 16 años trabaja en el reciclaje y que, gracias a la recolección, hoy ambos son propietarios del Centro de Acopio RB, que se constituye en fuente de ingreso para las familias recolectoras.
La historia de Pabla y René es un verdadero testimonio de superación, resistencia y perseverancia. René solía recorrer las calles de San Ignacio en busca de materiales reciclables para venderlos y así se hizo conocido en toda la ciudad. Afirmó, entre risas, que no hay persona que no lo conozca. Se hacía de ingresos vendiendo sus materiales y trabajando como fletero, hasta que un día le ofrecieron una prensa. No dudó y la compró, ya que esta maquinaria le permitiría comprimir los plásticos y venderlos en mayor peso, pero menor volumen. “Compré la prensa de un amigo al que antes le hacía fletes. Me ofreció su máquina y empecé a trabajar”, recordó.
Los vientos de la fortuna comenzaron a dar fuerza a las velas del emprendimiento de Pabla y René, lo que hizo posible que pudieran comprar otras prensas que hoy les permite comprimir no solo plásticos, sino que también cartones y hasta metales, además de contar a la fecha con tres camiones que trasladan los bloques de plástico hasta Asunción. Pero como en todas las historias de éxito no faltan los reveses, René comentó que en dos ocasiones tuvo que reponerse de incendios en su local, cuyos perjuicios amenazaron con echar a perder todo su esfuerzo. No obstante, gracias a la cantidad de trabajo y a su perseverancia, pudo, literalmente, levantar su empresa de las cenizas y continuar dando trabajo a sus funcionarios e ingresos económicos a las familias recolectoras.
Los recolectores de esta zona pueden llegar a percibir ingresos interesantes con la recolección de plásticos, según nos explicó Pabla Ramírez. Son ingresos que les ayudan a sortear las necesidades y salir adelante en algunos casos. Doña Eladia Ortellado es una de las recicladoras con una historia apasionante. A sus 49 años, explicó que se dedica a la recolección desde hace 30 años y que esta actividad no la avergüenza, sino que la llena de orgullo, ya que, con ella, siendo madre soltera, pudo criar a sus cuatro hijos. Para graficar cómo salió adelante con la recolección de plásticos, afirmó, con la simpatía y picardía propias de los paraguayos, que dejó la comodidad de su habitación con aire acondicionado para explicarnos con más de 40 °C de temperatura ambiente acerca de su trabajo. Como doña Eladia, otras 400 familias de la zona pueden decir que la recolección les dio una vida digna.
Con estas historias motivadoras y con un panorama más claro de la importancia social del reciclaje, la comitiva del Circular Tour emprendió viaje más al sur, ya en busca de culminar el viaje en un refugio contra el abrasador calor como la Costanera de Encarnación con sus misericordiosas brisas del río Paraná.
Final refrescante en Encarnación. En todo el camino, la deliciosa y refrescante Sprite dio una mano para soportar las intensas temperaturas, que fueron el complemento perfecto para la Playa San José de Encarnación. El sol ya se despedía en el horizonte cuando la comitiva llegó al Parador de Verano de Sprite. Su escenografía evocaba un círculo que hacía alusión al ciclo de vida de la botella de Sprite, que desde que sale de la fábrica hasta su retorno, genera ingresos para distintos rubros en una gran cadena de trabajo que une distintos departamentos del país.
El parador ofreció una experiencia interactiva con los veraneantes, que pudieron conocer a los influencers de la marca y entender la importancia de un acto tan simple como es separar los desperdicios en orgánicos e inorgánicos y así facilitar el retorno de las botellas de plástico a los consumidores.
En este punto, Sprite reforzó su compromiso con la sostenibilidad al instalar estaciones de reciclaje no solo en Encarnación, sino también en San Bernardino, ciudades veraniegas por excelencia en donde la frescura es el objetivo de sus visitantes, así como desafíos didácticos para que la gente comience a reciclar.
Más que una botella, una filosofía de vida. Al final del recorrido, la lección fue clara: cada botella que reciclamos es una pequeña victoria en la lucha contra la contaminación. Más que una bebida refrescante, Sprite se ha convertido en un símbolo de sostenibilidad y compromiso con el futuro del planeta.
Stephanie Dragotto, Subgerente de Comunicaciones, Relaciones Públicas y Sostenibilidad de Coca-Cola Paresa, afirmó que Paraguay lidera la recuperación de envases PET en la región, con una tasa del 60 % de reintegración. La visión de la firma es que el reciclaje continúe fortaleciéndose en el país con el apoyo de toda la población, convirtiéndose en una filosofía de vida y se inserte en nuestra cultura y cotidianeidad. “Queremos que la gente vea el reciclaje como algo natural, que no sea un esfuerzo extra, sino parte de su día a día”, dijo.
Y así, con cada botella reciclada, Sprite sigue cerrando el círculo de la frescura, demostrando que ser la bebida más top de Paraguay no es solo cuestión de sabor, sino de impacto y responsabilidad.