La manera en que concebimos y diseñamos los espacios va más allá de lo funcional y estético, aseguran a FOCO las arquitectas Violeta Robledo y Cecilia Valiente. Foto: Gentileza
03/02/2025 12:01
3 razones para apostar a la humanización del diseño en entornos laborales
La manera en que concebimos y diseñamos los espacios va más allá de lo funcional y estético, aseguran a FOCO las arquitectas Violeta Robledo y Cecilia Valiente. Las profesionales del diseño arquitectónico sostienen que se trata de una herramienta poderosa capaz de transformar nuestra forma de sentir, pensar y trabajar.
“Esta idea se refleja claramente cuando comparamos dos enfoques para la creación de espacios laborales: uno tradicional, rígido y despersonalizado, frente a otro que se basas en la humanización a través de la incorporación de elementos naturales, colores cálidos y espacios diversos que favorecen la interacción y el bienestar de los usuarios”, detalla Valiente.
Para Robledo, la neuroarquitectura —un campo que fusiona las ciencias cognitivas con el diseño arquitectónico— revela que los entornos no sólo nos afectan visualmente, sino que también tienen un impacto directo sobre nuestras emociones, creatividad y productividad.
Es por ello que los espacios que integran luz natural, vegetación y zonas diseñadas para ofrecer diversas posturas y actividades, tienen la capacidad de reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y fomentar una sensación de bienestar integral, a la vez que promueven una mayor conexión y colaboración entre los usuarios.
Pero, ¿por qué apostar por la humanización del diseño en los ambientes laborales? Estas son las tres razones según las arquitectas.
- Conexión con la naturaleza: Los principios de la biofília, que promueven la incorporación de elementos naturales como la luz solar, las plantas y los materiales orgánicos, son fundamentales para generar un ambiente de calma. Estos elementos no solo aumentan el bienestar emocional, sino que también mejoran la capacidad de concentración y enfoque de los individuos.
- Flexibilidad y confort: La capacidad de un espacio para adaptarse a diferentes necesidades —ya sea a través de la variabilidad en la disposición de los muebles, la diversidad de zonas de trabajo o la creación de áreas de descanso— es clave para la creación de entornos inclusivos. Estos espacios no solo favorecen la colaboración, sino que también refuerzan el sentido de pertenencia y seguridad.
- Impacto emocional: Un diseño acogedor y personalizado tiene el poder de humanizar los entornos laborales. Cuando los espacios son agradables y reflejan la identidad de quienes los habitan, se transforman en lugares donde las personas no solo deben estar, sino donde quieren estar. La creación de un ambiente emocionalmente enriquecedor es esencial para lograr equipos comprometidos y motivados.
Apostar por la humanización del diseño es apostar por un entorno que fomente la creatividad, el bienestar y la conexión genuina entre las personas, enfatizan Robledo y Valiente y agregan que en un mundo que constantemente nos reta a adaptarnos a nuevas demandas y situaciones, es crucial pensar en nuestros espacios no solo como lugares de trabajo, sino como espacios que influyen directamente en nuestra calidad de vida.
“Un diseño estratégicamente pensado puede mejorar no solo nuestra productividad, sino también nuestro estado de ánimo”, concluyen.
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