“La edad de oro de Estados Unidos comienza”, lanzó el lunes Donald Trump después de prestar juramento bajo la cúpula del Capitolio.
Rodeado de su familia, pero también de personalidades de la derecha radical mundial y de numerosos multimillonarios como Mark Zuckerberg (Meta), Elon Musk (SpaceX, X, Tesla) y francés Bernard Arnault (LVMH), Trump dio inicio a su mandato.
Los grandes empresarios incluso relegaron a muchos dignatarios republicanos y gobernadores fuera de la sala. Una señal de la importancia que el nuevo presidente otorga a estos barones de los negocios, señala AFP.
Si alguien esperaba a un Donald Trump más moderado en su segundo mandato se ha llevado una decepción. El republicano prometió atacar rápidamente a una “élite corrupta y radical”.
El martes despidió a cuatro altos funcionarios designados por su antecesor y advirtió que “más de mil adicionales” serán destituidos, en su primer mensaje publicado en la red Truth Social desde su investidura.
El multimillonario ha decretado un estado de emergencia energética para impulsar la producción de hidrocarburos a pesar de que el país ya es el primer productor mundial, refiere AFP.

“No los necesitamos”

Durante una charla con periodistas en el Salón Oval de la Casa Blanca, respondió a una corresponsal brasileña sobre la relación con América Latina y Brasil, señalando que está “genial, debería ser genial, nos necesitan más de lo que nosotros les necesitamos a ellos. Nosotros no los necesitamos. Nos necesitan. Todos nos necesitan”.