Beatriz Genes Machuca, especialista en Administración de Recursos del BID
La gestión de personas en los entornos laborales ha evolucionado notablemente en los últimos años. El área conocida anteriormente como Recursos Humanos o Gestión de Talento ha pasado por varias transformaciones. Sin embargo, todo converge en un factor clave dentro de cualquier organización: las personas.
En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), particularmente en la oficina de Paraguay, los procesos de selección y entrevistas laborales se realizan a través de un proceso riguroso, caracterizado por la transparencia y una sólida cultura de meritocracia, alineada con nuestra nueva estrategia institucional, BID Impact+. Este enfoque, impulsado por el presidente del BID, Ilan Goldfajn, refuerza el compromiso con el impacto y la excelencia.
Cuando entrevisto a jóvenes profesionales, siempre recuerdo una frase de uno de mis primeros jefes: “Hoy existe un senior porque alguna vez alguien dio una oportunidad al talento de un junior”. Estas palabras me marcaron profundamente porque hablan de la responsabilidad que tenemos al gestionar el talento humano. Sin embargo, el panorama laboral actual exige nuevas competencias y habilidades, especialmente con la incursión de la inteligencia artificial (IA).
La integración de talento y conocimiento con tecnologías emergentes, como la IA, nos lleva a una nueva etapa en la que las herramientas digitales potencian la eficiencia y la productividad. Capacitarse en estas nuevas habilidades es imprescindible. Según un estudio del BID publicado recientemente, dentro de un año, 800.000 puestos de trabajo estarán expuestos en Paraguay a transformaciones por la IA. Esto no significa un “reemplazo” de las personas, sino una oportunidad de adaptación.
El economista jefe del BID, Eric Parrado, considera que estos indicadores de exposición a la IA podrían hacer que desde el sector público se generen políticas que impulsen programas específicos de capacitación y desarrollo económico que preparen a los trabajadores para un entorno cada vez más automatizado.
En cuanto al rol del sector privado, Parrado dijo que conocer estos índices es cruciales ya que “pueden guiar decisiones estratégicas sobre el desarrollo de la fuerza laboral, la integración de tecnología y la planificación empresarial a largo plazo, y puede ayudar a las empresas a anticipar brechas de habilidades y optimizar la colaboración entre humanos e IA”.
En mi experiencia, hemos visto cómo la IA ha transformado procesos administrativos, como la automatización de pagos, lo que libera tiempo para decisiones estratégicas. Además, su uso en el reclutamiento ha ayudado a mitigar sesgos, promoviendo la diversidad y la inclusión en la organización.
No obstante, también enfrentamos desafíos. El primero es entrenar a los equipos en el manejo de la IA, fomentando habilidades que les permitan integrar estas herramientas en sus labores diarias. El segundo, igualmente crucial, es garantizar un manejo responsable y ético de la información, especialmente por la cantidad y sensibilidad de los datos involucrados, asegurando la privacidad y la seguridad.
La gestión del talento en la era de la IA se redefine constantemente en un mundo dinámico y cambiante. Como líderes, tenemos la responsabilidad de mantenernos a la vanguardia, gestionando la implementación de estas tecnologías con una visión estratégica, ética y alineada con la cultura organizacional. Solo así podremos aprovechar al máximo su potencial transformador, equilibrando la eficiencia con los valores fundamentales que guían nuestras organizaciones siempre centrándonos, sobre todo, en las personas.