Olga Valdez, directora Operativa. Agencia Eco.
15/10/2024 19:47
Revolución Industrial e Inteligencia Artificial: Dos eras, un mismo cambio
Olga Valdez
Directora Operativa. Agencia Eco
A lo largo de la historia, cada gran avance tecnológico fue acompañado de dudas y transformaciones en la forma en que trabajamos. Hoy, al igual que durante la revolución industrial, nos encontramos en un momento trascendental con la llegada de la inteligencia artificial (IA), que promete transformar el modo en que trabajamos, especialmente en el ámbito de la comunicación.
Es natural tener dudas ante lo desconocido, pero la historia nos ha demostrado que los cambios tecnológicos no destruyen el trabajo, lo transforman. Durante la revolución industrial, se temía que los telares mecánicos y las máquinas en general desplazaran a miles de trabajadores. Sin embargo, lo que ocurrió fue muy distinto: se crearon nuevos empleos, y el enfoque del trabajo humano se desplazó hacia áreas que requerían de habilidades cognitivas más complejas.
Hoy, la IA promete hacer lo mismo, ya que las tareas repetitivas -que ocupan gran parte de nuestras horas laborales- pueden ser sistematizadas. En efecto, la IA nos ofrece la oportunidad de automatizar procesos rutinarios y, con ello, liberar tiempo valioso para tareas que requieren creatividad, pensamiento crítico y, sobre todo, humanidad.
Este cambio, por otro lado, viene de la mano de responsabilidades. Más que nunca, los comunicadores debemos hacer un uso ético de la tecnología; por ello, la ética será una herramienta clave en esta nueva etapa. Esto es que, como profesionales, tenemos el deber de ser honestos con nuestro público y nuestros aliados; la transparencia en el uso de la IA y el respeto por la verdad en cada mensaje son esenciales para mantener la confianza de nuestro público. Aunque la IA pueda ayudarnos a crear contenido más rápidamente o personalizar mensajes, jamás debe comprometer el compromiso con la verdad y la claridad.
La IA, en lugar de ser una amenaza, nos ofrece la posibilidad de mejorar nuestra calidad de vida y hacer nuestro trabajo más significativo. Por ejemplo, al delegar tareas operativas a la tecnología, podemos centrarnos en lo que hace única a la comunicación: la capacidad de entender y conectar con las emociones y necesidades humanas. Esto no debe significar que ese tiempo “libre” que ganamos se utilice solo para generar más trabajo; por el contrario, la IA debe ser vista como una herramienta para realmente aliviar la carga laboral, permitiéndonos enfocarnos en aspectos más creativos y estratégicos y, a la vez, darnos espacio para nuestro bienestar personal.
Desde mi perspectiva, así como la revolución industrial no reemplazó el trabajo humano, la IA tampoco lo hará. Nos permitirá evolucionar hacia un modelo de trabajo más reflexivo y creativo, donde la ética y la honestidad sean las bases de toda comunicación. Y, en consecuencia, este cambio no solo mejorará la calidad de nuestro trabajo, sino que nos brindará más tiempo para lo que realmente importa: nuestro bienestar.
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