Christian Kennedy
Director de London Import
Muchos desean ser elegidos y, más aún, brillar. Esto aplica tanto a deportistas como a individuos en su vida diaria, y como parte de algo mayor, ya sea una comunidad o una nación.
La historia de Tom Brady, hoy reconocido como uno de los mariscales de campo más exitosos en la historia de la NFL, es un ejemplo de cómo aprovechar al máximo las oportunidades, incluso cuando no se es considerado una estrella desde el principio. En sus inicios, Brady no fue visto como un jugador destacado. Su trayectoria nos enseña la importancia de estar preparado para el momento, el lugar y la circunstancia en los que uno es elegido.
A pesar de ser una superestrella hoy en día, su comienzo estuvo lejos de ser ideal. En un sistema de selección de siete rondas entre 32 equipos, fue seleccionado en el puesto 199 de un total de 257 posibles elecciones de novatos, que debían unirse al universo de jugadores ya en la liga. Desde ese día, Brady se enfocó en mejorar día tras día, perfeccionando cada detalle y estudiando el juego a profundidad, para estar listo cuando llegara la oportunidad. Cuando el mariscal de campo titular se lesionó, Brady aprovechó su oportunidad para demostrar su valía.
¿Qué tiene que ver esto con Paraguay, el grado de inversión y la “tierra de oportunidades”?
Que toda oportunidad siempre tiene que encontrarnos preparados.
Desde varios sectores en Paraguay venimos pidiendo hace ya mucho tiempo entrar al campo mundial de las grandes inversiones externas, para dar un salto cualitativo en oportunidades de desarrollo para el país y los que vivimos en él. Ahora nos tocó, no solo al país, sus instituciones y empresas, sino también a cada uno de nosotros.
¿Y qué es esta oportunidad? El grado de inversión país se da en base a una evaluación de indicadores macroeconómicos, políticos e institucionales. En pocas palabras, ¿somos un país en el que otros pueden confiar que, si nos prestan dinero, se les devolverá? Entonces, a su nivel más granular, ¿pondría alguien sus fichas en vos hoy, más fuertemente de lo que está haciendo? La base de todo país o institución reside en las personas y sus valores. Por lo tanto, depende de nosotros generar y aprovechar la oportunidad.
Llegar a tener una situación así es algo que todos queremos, pero la validación externa no debería ser el motivo principal por el que hacemos bien las cosas. Debemos hacerlo por nosotros mismos. Si no existiese esta mirada externa, si no estuviésemos buscando que de afuera nos den algo, ¿acaso no sería el ideal hacerlo por nosotros mismos, sentirnos mejor internamente, y, si llegase el día que nos miran de afuera, estar a la altura que deseamos para nosotros, no solo para otros?
Si queremos aprovechar la oportunidad, en este caso, el grado de inversión, el trabajo debe ser diario y de todos. El éxito es un indicador tardío de las acciones previamente llevadas a cabo con consistencia.
Hay que recordar que lo externo está fuera de nuestro control inmediato y lo que sí controlamos son los hábitos que nos construirán, para que, llegado el momento, podamos estar a la altura.
“La oportunidad es perdida por la mayoría de la gente porque viene vestida con mameluco y se parece al trabajo.” – Thomas Edison