Por Cristiane Mancini, economista.
¿Sabes qué es “ni ni”? Es el término que se utiliza para referirse a la población de jóvenes entre 15 y 24 años que no trabajan ni estudian, y que tampoco reciben capacitaciones. En 2023, esa población representó el 20,6% (2 de cada 3 son mujeres), y en 2022 fue del 20,9%. Este dato es parte del informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024 (GET for Youth), elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La tasa de desempleo juvenil en el mundo en 2023 fue del 13% (la más baja en 15 años), lo que equivale a 64,9 millones de jóvenes desempleados. En Brasil, los “ni ni” constituían el 20,6% en 2023 (20,9% en 2022). En Argentina, eran el 15%; en Chile, el 15,3%; y en Bolivia, el 9,5%. Pocos países están desglosados en el estudio, que presenta tasas por grupos de ingreso (Paraguay, por ejemplo, está en el grupo América Latina).
La proyección es que la tasa de desempleo juvenil caiga al 12,8% este año y en 2025. A pesar de esta mejora, persiste una gran preocupación por el futuro de los jóvenes. El estudio afirma que las perspectivas del mercado laboral mundial para los jóvenes han mejorado desde la pandemia y que hay expectativas de crecimiento en los próximos dos años. Sin embargo, esta recuperación del empleo no se producirá de manera equitativa en todos los países.
Según el estudio, las oportunidades para acceder a empleos decentes siguen siendo limitadas en las economías emergentes y en desarrollo. Para los jóvenes que trabajan, el informe señala una falta de mejora en la obtención de empleos formales y mejores. A nivel mundial, más de la mitad de los trabajadores jóvenes tienen empleos informales.
Solo en las economías de ingresos altos y medianos-altos, la mayoría de los trabajadores jóvenes tienen empleos regulares y seguros. En cambio, 3 de cada 4 jóvenes trabajadores en países de bajos ingresos solo tendrán empleo autónomo temporal o empleo remunerado informal.
El estudio también destaca que el crecimiento de los servicios “modernos” y los empleos manufactureros para los jóvenes ha sido limitado. Aunque la modernización puede llegar a los sectores tradicionales a través de la digitalización y la inteligencia artificial (IA), no hay suficientes empleos disponibles para los jóvenes, especialmente en los países de ingresos medios.
La desigualdad también es evidente en relación con los aumentos salariales, que se extienden de manera desigual entre las regiones. El estudio encontró aumentos de entre el 20% y el 40% en los salarios de los jóvenes en la década hasta 2023 en países como Indonesia, Vietnam, Polonia, Pakistán, Turquía y Estados Unidos. En contraste, en países como Australia, Brasil, Colombia, Egipto, México y España, no hubo mejoras significativas.
¿Y dónde están los trabajos?
Al hacer una comparación entre los jóvenes en el mundo y los jóvenes ubicados en Latinoamérica (según los datos más recientes calculados en 2021), podemos observar en qué sectores están trabajando. De mayor a menor porcentaje, es posible identificar dónde se concentran los empleos juveniles en la región.
Algunas acciones recomendadas para impulsar el empleo juvenil:
  • Políticas económicas y de empleo para fomentar la creación de empleo y mejorar el acceso a la financiación de estudios.
  • Educación y formación para facilitar la transición de la escuela al trabajo y evitar desajustes de habilidades.
  • Políticas del mercado laboral dirigidas al empleo de jóvenes en situación desfavorable.
  • Promoción del emprendimiento y el autoempleo para apoyar a los jóvenes emprendedores y combatir la informalidad.
  • Derechos laborales basados en normas internacionales para garantizar que los jóvenes reciban un trato justo y se les otorguen derechos en el trabajo.