Con el correr de los años y la implementación de varios proyectos, Carlos Guasti, presidente del Grupo Petra, aprendió aspectos clave que no se encuentran en los libros ni en las aulas de las universidades. Estas vivencias las transformó en valiosos aprendizajes que le permitieron forjar un camino de éxito.
- La palabra es una máquina de imprimir dinero: Cuando uno imprime confianza a continuación de su nombre, es más importante que cualquier título o carrera universitaria. Hacer lo correcto es asegurarse de relaciones a largo plazo, de poder mirar a la gente siempre a la cara. Tener esto es el primer paso a un mundo de posibilidades. Hay una máxima que transmito a todos los niveles de la empresa: “de la conducta de cada uno, depende el futuro de todos”.
- Crear empresarios: A lo largo de estos años me dediqué a que mi entorno crezca profesionalmente. No solo en conocimiento, sino en participación activa en los negocios. Así me aseguré de ser acompañado por personas que acepten desafíos, conozcan el negocio y lo hagan crecer a la par. La generosidad es el principio de todo equipo de alto rendimiento.
- El Excel engaña: Un proyecto no debe ser tomado por una planilla y porcentajes. El negocio inmobiliario es dinámico, cambia constantemente, y no puede ser enfrascado en una ecuación previa a la compra del terreno. Pasan muchas cosas en el camino, y hay que ser flexibles en las decisiones.
- Un edificio es la ciudad: No podemos tomar un edificio como algo aislado. Ahí habitarán personas que trabajan, se divierten, comparten, estudian, en fin, viven. Hay que pensar en el entorno y el contexto, en la vida propia y la integración de esas viviendas con la ciudad y la comunidad.
- La gente es buena, pero si se la controla es mejor: En la construcción intervienen cientos de personas de todos los rangos y niveles, y algunas con mucho ego. Proveedores, consultores, profesionales. Invertir en un control serio es ahorrarse tiempo, dinero y dolores de cabeza. El órgano fiscalizador de una obra es imprescindible para llegar a buen puerto.
- La diligencia es el único camino al éxito: Por definición, diligencia es el esmero y el cuidado en ejecutar algo. Es decir, abarca la eficiencia, la honestidad, el talento y la actitud. Realizar una tarea, por más mínima que sea, debe estar hecha con diligencia. Hacer que las personas entiendan esto, es formar un equipo competente que llegue a objetivos y sea una máquina en gestión.
- Todo está escrito: Desde chico fui un apasionado por los libros. Es el camino para tener conversaciones y consejos de quién quieras. En los libros encontrás aprendizajes milenarios, consejos a todo tipo de situaciones, tecnicismos imprescindibles. Creo que en toda empresa debe haber una biblioteca y cultura de aprendizaje continuo. Es un hábito que mantiene constantemente enfocado e innovando.