Juan Carlos Zárate Lázaro
Consultor financiero
Muchas empresas familiares alcanzaron su nivel de maduración y asimilación de la complejidad del manejo de estas organizaciones por las interconexiones que aparecen en torno al triángulo familia-empresa-propiedad.
Las familias empresarias tienen muy buenas oportunidades para informarse y formarse sobre sus retos específicos. Para ello, deben contemplar un crecimiento ordenado, sostenible y rentable.
Vivimos en la sociedad del conocimiento y el talento se sitúa como uno de los principales retos que afronta la empresa del siglo XXI.
Entre las principales ventajas comparativas y competitivas se mencionan las siguientes:
Posibilidad de explotar segmentos que no resulten de interés para las grandes empresas: Constituye una de las ventajas más importantes en las Pymes en que ciertos segmentos, por su tamaño, no son atendidos por las grandes empresas, con lo que se evita el tener que entrar a batallar contra competidores más grandes.
Vigilancia, flexibilidad e iniciativa: Les permiten a las Pymes moverse con mayor rapidez que las de mayor tamaño.
Posibilidad de imaginarse alguna innovación brillante que a nadie se le había ocurrido: La clave está en centrar sus esfuerzos en un segmento de mercado que pueda servir con eficacia, sin necesidad de pretender explotar otros (aunque sean más grandes) que explota la empresa de mayor tamaño.
Un pequeño establecimiento de venta de alimentos (minimercado de los que abundan actualmente), puede subsistir incluso a una distancia muy corta de un supermercado si se centra en brindarles servicio a las personas que prefieren un trato más cordial y amistoso.
El éxito de las pymes radica en que los dueños conozcan los beneficios que buscan los clientes y que los inducen a preferirlos.