Christian Kennedy
Director London Import
Un día cualquiera tenés que ir a hacer las compras habituales, digamos al supermercado. Yendo despreocupadamente y casi en piloto automático, notás que por donde estás yendo y siempre vas, la calle está cortada e imposible de pasar.
¿Qué haces? Difícilmente digas, “Me vuelvo a casa, no habrá comida, porque se cerró una calle”. Probablemente, mires por qué calle alternativa podés llegar o de qué otro punto de venta podés conseguir lo que estás buscando si es que no hay calle alternativa a ese punto de venta que vas siempre.
Ante la aparición de un obstáculo, te toca pensar en soluciones alternativas.
El emperador romano Marco Aurelio lo puso así en lo que terminó siendo el libro “Meditaciones”, “El impedimento a la acción avanza la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en el camino”.
El obstáculo o problema, nos hace salir de la rutina o costumbres, para encontrar solución para lo que realmente consideramos importante o para lo que sabemos que es nuestro deber.
Si este ejemplo simple de la vida, lo llevamos al mundo profesional, ¿por qué tantas veces nos encontramos con personas que nos comentan un motivo por el que no se puede y ninguna alternativa a la solución?
“Así nomás es acá.” (¿Y acaso no se puede intentar cambiar o para qué estamos?)
“El cliente no estaba por eso no pude hablar.” (El cliente no estuvo hace un mes, ¿pero y después?)
“Lo que pasa es que no tenemos presupuesto.” (¿Acaso no se han plantado pequeños países a grandes ejércitos cuando el motivo era lo suficientemente importante para ellos y así lograron vencerlos con presupuestos menores?)
Si realmente estamos comprometidos en resolver algo, hay que darle vueltas y mirar ángulos, como buscando un punto débil a una ciudad amurallada que se resiste a una invasión.
Un ejemplo interesante está en los productos Play-Doh, hoy en día un juguete de la compañía Hasbro, fue originalmente concebido por una empresa de limpieza, para remover el hollín de las casas con calefacción a carbón, como un producto que no dañaba muebles ni telas.
Para lidiar con problemas tenemos que:
1. Juzgar objetivamente, no emocionalmente. Cuáles son los hechos, cuáles son los datos. Cuáles son las distintas perspectivas posibles.
2. Aceptar la realidad actual para poder buscar alternativas. No podemos construir sobre falsas premisas.
3. Alinear intenciones y actitudes para tener flexibilidad de acciones dentro de los criterios establecidos.
4. Transformar los obstáculos en oportunidades, con el foco de lograr el objetivo alineado.
5. Probar nuevas alternativas. Suena lógico, pero todos nos hemos encontrado con que ante el mismo problema no resuelto, vemos gente probando la misma estrategia o táctica que ya no les funcionó en el pasado.
Resolver un problema no nos evitará problemas futuros, pero nos traerá probablemente “mejores problemas” y la habilidad y confianza para resolverlos.
Sin estos problemas, no podríamos crecer ni aportar nuevas cosas.
Usar el combustible de la curiosidad y preguntarnos siempre “¿Y qué pasaría si…..”
Libro recomendado: El Obstáculo es el Camino de Ryan Holiday