En un paso trascendental para la economía paraguaya, el país alcanzó el Grado de Inversión, un logro que promete transformar el panorama financiero y atraer mayores flujos de inversión extranjera directa. Stella Guillén, presidenta de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), comparte su perspectiva sobre las implicancias de este gran paso y las estrategias necesarias para mantener este estatus y aprovechar sus beneficios.
“Alcanzar el grado de inversión representa un voto de confianza de la comunidad financiera internacional hacia Paraguay. Este logro no solo mejora nuestra reputación crediticia, sino que también nos posiciona como un destino seguro y atractivo para los inversionistas extranjeros”, afirma Guillén. Este nuevo estatus se traduce en una serie de ventajas, como tasas de interés más bajas en préstamos internacionales, mayor acceso a los mercados financieros globales y un impulso significativo en la inversión extranjera directa. Estos elementos, en conjunto, promueven un desarrollo económico más acelerado y sostenible.
Para el mercado, la importancia de este logro no puede subestimarse. “La calificación de grado de inversión indica a los inversionistas que Paraguay es un destino confiable, con menor riesgo asociado. Esto mejora nuestra visibilidad y prestigio en la comunidad financiera internacional, atrayendo así a más inversores interesados en aprovechar las oportunidades que ofrece nuestro país”, explica Guillén. En el contexto de la AFD, este estatus es fundamental, ya que facilita el acceso a fuentes de financiamiento a largo plazo y a costos más bajos. “Esto nos permite ampliar nuestra capacidad de captar recursos y apoyar sectores estratégicos que impulsan el crecimiento económico”, añade.
Mantener el grado de inversión, sin embargo, requiere un esfuerzo continuo y coordinado. Según Guillén, Paraguay debe seguir implementando políticas económicas sólidas, promover la transparencia, fortalecer las instituciones financieras y mantener la estabilidad macroeconómica. Además, es crucial diversificar la economía, mejorar la infraestructura y fomentar un clima de negocios favorable. “Los beneficios de alcanzar el grado de inversión generalmente se ven a largo plazo, pero algunos efectos positivos, como la mejora en las tasas de interés y el acceso al financiamiento, pueden comenzar a sentirse de inmediato”, señala.
El grado de inversión no solo abre nuevas oportunidades para Paraguay en el ámbito financiero internacional, sino que también establece un camino hacia un desarrollo económico más robusto y sostenible. Con un enfoque estratégico y un compromiso con las políticas adecuadas, Paraguay está bien posicionado para capitalizar este logro y continuar su progreso hacia un futuro más próspero y estable.