Por Sofía Céspedes.
La emblemática y prestigiosa marca de vinos Seña, logró por tercera vez la máxima calificación de 100 puntos al único e icónico vino de la bodega, Seña Vineyards Seleccion 2021, por parte del influyente crítico de vinos James Suckling, lo cual reforzó la excepcional calidad y reconocimiento internacional de esta propuesta.
Este exclusivo vino tinto, elaborado en ensamblaje 50 % Cabernet Sauvignon, 27 % Malbec, 17 % Carmenere, 6 % Petit Verdot, con una crianza de 22 meses en barrica 90 % de roble francés (70 % nuevas), 10 % foudres, fue destacado por Suckling por su nariz cautivadora de frutas negras maduras, flores, cedro y su estructura tensa y equilibrada.
Al respecto, Sebastián Ramírez, director regional de Seña & Viñedo Chadwick, con 11 años de experiencia en el rubro, diplomado WSET nivel 3, abocado a desarrollar a Latinoamérica en el mercado de vinos lujo, comentó a FOCO que la visión vitivinícola de Seña es trabajar a futuro, pensando en dejar un legado para los próximos 100 a 150 años, como lo ideó la familia del presidente y dueño del grupo, Eduardo Chadwick, con una experiencia de 150 años haciendo vino.
En ese contexto, dijo que reciben con alegría este reconocimiento perfecto de 100 puntos que fue por mucho tiempo muy esquivo para Chile. Y es que recién con la cosecha del 2014 del viñedo Chadwick, un vino en homenaje al padre de Eduardo, un cabernet sauvignon, se obtuvo este puntaje.
Aconcagua. Acerca de las características bondadosas de este vino, explicó que mayormente cuando las personas hablan de una cosecha excepcional es porque se supone que pasaron cosas excepcionales. Pero, señaló que esto tiene que ver en un 99 % con el comportamiento de la naturaleza.
“En el mundo del vino estamos a merced de la naturaleza. Eso no lo podemos controlar. No podemos saber cuánta lluvia va a caer en dos años más, o si vamos a tener más días nublados o menos nublados. Entonces, lo que hizo a la cosecha 2021 tan especial es que simplemente, todo pasó cuando tenía que pasar y del modo en que tenía que pasar. Es muy importante en la producción de vino que las estaciones estén marcadas”, manifestó.
Sobre lo último, precisó que la primera debe ser primavera y no un “falso invierno o casi verano”, porque la parra debe entender que el invierno quedó atrás y debe “despertar”. En el verano se debe concentrar una buena fuente de calor para que puedan madurar los taninos a fin de que los vinos no sean tan alcohólicos o encorpados, sino que sean leves, para que agraden al paladar.
La región en la que se encuentra la cosecha es el Aconcagua a 100 kilómetros al norte de Santiago, la capital chilena. Precisamente, Seña, está concentrada en un pequeño territorio denominado Ocoa, dentro del Valle de Aconcagua.
Contó incluso que es un viñedo relacionado más con la influencia del Océano Pacífico que con la Cordillera de los Andes (frontera con Mendoza, Argentina). El ideal clima mediterráneo, por los efectos refrescantes de la corriente de Humboldt del Pacífico, crea las condiciones perfectas para producir uvas tintas que alcanzan un excelente nivel de madurez con una acidez equilibrada.
En Paraguay. Sebastián contó que Seña tiene una historia particular con Paraguay, ya que, según las palabras del presidente y dueño del grupo, Eduardo, las primeras exportaciones que se hicieron en la empresa, fueron a nuestro país.
Por lo tanto, en Latinoamérica, el suelo nacional genera un cariño particular para la familia Chadwick. “Hay una carga emocional importante con Paraguay. Y eso se traduce en que, más allá de que el mundo siempre habla de China, de Japón, Corea, como grandes mercados de lujo, que para nosotros es muy relevante; tenemos una estructura dedicada a trabajar en el mercado latinoamericano para poder viajar y contar nuestra historia”, indicó.
Además, narró que Eduardo junto a su par Robert Mondavi, denominaron a la marca como Seña, como una señal para el mundo de que Chile era capaz de producir vinos de clase mundial, expresando la singularidad del Valle de Aconcagua y cambiando la forma en que el mundo pensaba sobre el vino chileno.
Distribuidora Gloria. Acerca de cómo se sienten hoy en el país trabajando estrechamente con Distribuidora Gloria (DG), firma que lleva la representación de esta marca en Pargauay, dijo que la experiencia fue y sigue siendo fantástica y que hubo “match” desde un inicio, porque DG entendió desde el primer día a qué apunta la familia de Seña.
“Yo creo que ellos fueron muy sabios, cautos e inteligentes para poder desarrollar y trabajar en nuestras marcas de la mejor manera”, sostuvo. Agregó que a principios del año, DG contaba con 600 unidades del exclusivo vino Seña, y que ahora ya fueron vendidos en un 80 % a un precio de G. 1.450.000.
El director regional de Seña & Viñedo Chadwick, mencionó que su rol en este trabajo, si bien es comercial, es saber cómo contar la historia de Seña y enseñar el potencial de la marca, convencer a las personas a través de la experiencia hablada y sensorial lo que implica estar ante un vino que hizo historia y tiene un carácter evolutivo para perdurar por muchos años más.
James Suckling. Sebastián rememoró y destacó a Suckling como el primer crítico de vino que “dejó el miedo atrás” para darle “al César lo que es de César”. Él fue el primero en otorgar a un vino chileno los 100 puntos, atendiendo a que su calidad estaba siendo alabada a nivel mundial.
“James dejó ese miedo atrás y decidió confiar. Precisamente eligió a Chadwick, porque confiaba en el trabajo que Eduardo venía haciendo desde hace varios años para posicionar a su vino ante el mundo”, aseveró. Pero, resaltó que dentro de todo lo más importante para Seña es que el mundo, los consumidores, restaurantes, sommeliers y dueños de tiendas, reconozcan que sus vinos están a la altura de una propuesta de clase mundial.