Mucho se habla de la RSC, pero ¿es solo una tendencia o algo que ejerce un impacto real y eje fundamental de la cultura empresarial?
Imaginen una empresa que, en lugar de seguir pensando solamente en utilidades, decide abrazar la RSC como parte de su agenda.
Existen ejemplos de firmas e industrias que se asocian con ONGs, banca privada o con el Estado para crear un impacto positivo. La empresa respalda a su colaborador/a dando un paso más allá de las obligaciones contractuales y reconoce aquellos beneficios que son el resultado de hacer lo correcto.
Los consumidores valoran y perciben cada vez más estas prácticas y castigan aquellas que carecen de autenticidad.
Aquí se destaca la coherencia entre el discurso corporativo y sus acciones. La honestidad se recompensa con fidelidad, generando un marco de confianza entre el consumidor y la organización.
La RSC es importante y presenta los diferentes esfuerzos realizados para responder a los desafíos económicos, sociales y ambientales que supone gestionar empresas en el contexto latinoamericano. En cuanto a los desafíos actuales de la responsabilidad empresarial, estas deben desmarcarse de una lógica filantrópica y asistencialista, y consolidarse hacia una donde la empresa asume su rol como actor clave en la atención y resolución de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad.
Ahora, consideren el impacto de un proyecto de RSC auténtico y duradero. No se trata solo de pasar una auditoría; se trata de promover una forma más sostenible y ética de hacer negocios, considerando el impacto social y ambiental.
Es sobre cómo estas acciones impactan en la vida de las personas y en la comunidad en general.
Pero, ¿cómo se logra esto? La respuesta radica en hacer de la RSC una parte integral de la cultura empresarial. Cuando el equipo siente y se identifica con los valores y principios de la empresa, el compromiso se vuelve propio.
Muchas veces creemos que la RSC es exclusivamente de las grandes corporaciones o que debemos tener un presupuesto importante, pero cada empresa, sin importar su tamaño, tiene el potencial de hacerlo, y acá es fundamental la creatividad. Animarse a empezar con pequeñas acciones puede llevar a grandes resultados.
¿Qué acciones se pueden tomar hoy para construir un mañana mejor? La respuesta puede ser el comienzo de una historia empresarial única con grandes resultados.