El secreto del éxito de esta compañía aérea se basa en asegurar a los pasajeros un vuelo confortable y sin contratiempos para que la experiencia sea inolvidable de principio a fin.
Cuando un avión llega satisfactoriamente a destino, tras un vuelo placentero, la primera imagen de agradecimiento de los pasajeros es hacia los pilotos. Si bien, estos cumplen un rol fundamental, existen numerosas áreas que intervienen en la cadena de seguridad del transporte aéreo.
Una de vital relevancia es el área de mantenimiento, que garantiza que el viaje culmine de manera exitosa y segura. La aerolínea Paranair confía esta importante labor a la empresa ANTA, con quien comparte accionistas de España y que desde el 2015 opera en Paraguay.
Todas las tareas de Mantenimiento Mayor de la flota CRJ 200 de Paranair, son realizadas por ANTA en Asunción por ingenieros aeronáuticos y mecánicos paraguayos. Foto: Emilio Bazán.
En las instalaciones del hangar de Helitáctica, ubicado en Luque, las aeronaves CRJ 200 de Paranair pasan por el proceso de Mantenimiento Mayor, en el que técnicos e ingenieros aeronáuticos realizan minuciosos chequeos, que incluyen desde ensayos no destructivos en partes clave de la estructura -buscando alguna grieta que a simple vista es imposible de detectar- hasta controles de mayor envergadura, todo esto siguiendo las pautas establecidas por un Programa de Mantenimiento aprobado, basado en la Documentación de Mantenimiento emitida por el fabricante de la aeronave.
Cada avión de la flota de la aerolínea (tres hasta el momento) pasa una vez al año a las revisiones en profundidad, que duran unas cinco semanas cada uno. Por supuesto, los controles rutinarios se realizan antes y luego de cada vuelo en el aeropuerto Silvio Pettirossi para garantizar que todo esté en óptimas condiciones.
Ariel San Martín, gerente general de ANTA y gerente de Aeronavegabilidad Continuada de Paranair enseña el cómo luce un motor en revisión. Foto: Emilio Bazán.
“El Mantenimiento Mayor se efectúa con el objetivo de inspeccionar la estructura de una aeronave a efectos de verificar la integridad de esta. Supone un importante grado de desarme que incluye la apertura de tanques de combustible, desarme completo de la cabina y demás componentes del avión”, explicó Ariel San Martín, gerente general de ANTA y gerente de Aeronavegabilidad Continuada de Paranair.
Agregó que se inspeccionan el sistema de comandos de vuelo, plantas de poder, sistemas de potencia eléctrica e hidráulica, verificando posibles desgastes y cumplimiento de los límites establecidos por los manuales del fabricante.
Mantenimiento Mayor de Paranair. Foto: Emilio Bazán.
Destacó que, inicialmente, todas estas tareas antes eran desarrolladas en Canadá o España, pero que ahora son realizadas por ANTA, en nuestro país, y con mano de obra paraguaya, lo que, además de generar fuentes de empleo, incentiva la formación de calidad en el rubro, acorta distancias y, sobre todo, ahorra importantes costos.
El avión siempre tiene que volar seguro”, sostuvo Ariel y comentó que tanto en su rol de docente como de gerente siempre les recuerda a sus pupilos que son responsables de la vida de 50 pasajeros. “Los vamos a llevar a 800 km/h, a 33.000 pies de altura, donde existe una temperatura de -41ºC, durante 1 hora 40 minutos y después aterrizaremos a una velocidad de 250 km/h. Todo eso debe darse a la perfección”, refirió y agregó que al ser una actividad de alto riesgo no hay cabida para el error.
Explicó que el Mantenimiento Mayor tiene un horario fijo que inicia a las 08:00 y va hasta las 17:00; sin embargo, el mantenimiento de línea es las 24 horas. “Tenemos un equipo acá y rotativos en el aeropuerto que están 24/7″, señaló.
Motor de avión Paranair en plena revisión. Foto: Emilio Bazán.
Las piezas. Todos los repuestos son 100 % importados, algunos son del fabricante que se encuentra en Canadá y otros se traen de Europa o EE. UU., como es el caso de los neumáticos. Acerca de estos, mencionó que el momento más crítico o de mayor desgaste se da en el aterrizaje.
“Una rueda de tren principal nos dura unos 220 aterrizajes”, indicó. Agregó que las ruedas son completamente nuevas, pues siempre buscan evitar que por recapar una rueda se les deslice el caucho y termine dañando la estructura de los flaps o donde pegue el recapado. “La reparación de un flap está en el orden de los USD 70.000 y USD 80.000. Entonces no tiene sentido usar ruedas recapadas”, reflexionó.
También contó que tienen un taller de ruedas y cambio de neumáticos en el que, a partir del año pasado, comenzaron a hacer el overhaul de la llanta, evitando tener que enviar las unidades a España. “Cada 7 cambios de neumáticos a la llanta hay que hacerle un overhaul, es un proceso en el cual a las llantas se les despinta completamente y se les hace una búsqueda de grietas completa”, explicó.
Pasantías. Como un dato relevante, Ariel comentó que ANTA cuenta con un área de formación de pasantes de Ingeniería Aeronáutica y de Técnicos Superiores en Mantenimiento Aeronáutico muy solicitados en Paraguay e incluso en la región. Como infidencia, confesó que recibieron un pedido de Ecuador para capacitar a su personal de mantenimiento.
“Estos pasantes, que provienen del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) y de la carrera de Ingeniería Aeronáutica de la UNA, completan su formación desempeñándose en tareas auxiliares dentro de lo que es el área de Aeronavegabilidad de Paranair y el área de Mantenimiento de ANTA. Algunos de estos pasantes una vez recibidos son incorporados por ANTA o por otras organizaciones de mantenimiento”, refirió el gerente y emocionado recordó como anécdota que uno de ellos inclusive desarrolló en Japón el primer satélite paraguayo el cual fue puesto en órbita exitosamente.
Hoy día, la firma cuenta con 6 pasantes, de los cuales 4 se encuentran en la parte de Mantenimiento Mayor y 2 en la línea. “El objetivo de ANTA/Paranair, es colaborar activamente en la formación del personal aeronáutico local a efectos de elevar el estándar de calidad y de seguridad de las operaciones aéreas”, remarcó.
SOBRESALIENTE
Jesica Rojas, mejor egresada del INAC
“Realicé 6 meses de pasantía y ahora estoy como mecánico aeronáutico de este increíble plantel. Me encanta armar y desarmar aviones. Recuerdo cuán emocionante fue aquel día en que encontré, por primera vez, la falla que tenía la aeronave. Sin dudas, esta es unacarrera emocionante y muy dinámica en la que hay mucho trabajo. En el futuro me veo en el exterior, pues considero que puedo subir de rango y llegar a ser certificadora. El mundo de la aviación es apasionante”.