Christian Kennedy
Director de London Import
A veces, un cuchillo es todo lo que se necesita. Tiene su función principal y más menos puede ayudar en otras cosas, que las va a lograr, pero no de la mejor manera. Los suizos, aproximadamente en 1880, y por necesidad, se dieron cuenta que precisaban de algo más práctico que un cuchillo que no sólo sirviera para comer en el campo de batalla. Querían una herramienta multifuncional para, por ejemplo, hacer mantenimiento a los rifles incorporando un destornillador. Así fue el inicio de lo que luego, durante la Primera Guerra Mundial, los soldados de EE. UU. bautizaron como el “Swiss Army Knife” (la navaja del ejército suizo).
Ya sea que hablemos de smartphones, de automóviles o de deportistas como los jugadores de la NBA, la versatilidad es el ingrediente extra. El molde de “qué es” algo o alguien que se destaca, es cada vez más cambiante. Las estrategias mismas de las empresas son ágiles, los planes son en macro a largo plazo y, en el detalle, también listos para cambiar de dirección y ritmo de ser necesario.
En un mundo donde la tecnología avanza al ritmo de La Ley de Moore, la cual predice cómo la capacidad de procesamiento de las computadoras se duplica aproximadamente cada dos años, impulsando un avance tecnológico sin precedentes. Ser un Swiss Army Knife humano es casi una necesidad de supervivencia y más aún si queremos liderar y ser realmente relevantes. Por ejemplo, no sólo saber de administración y matemáticas, si no de marketing y psicología, que tiene también de química y biología, para poder entender e influir a propios y ajenos, donde finalmente, hay que estar atento a la sociología. Esa es la esencia de la versatilidad. Y en la era de la IA, donde el cambio se aceleró aún más, esa versatilidad, esa mirada holística, sirva cada vez más.
La cuestión está acá: no se trata de ser un “todólogo”, con conocimiento superficial nada más. Se trata de profundizar donde más importa, con un par de temas que dominemos y expandirnos sobre ellos. Entender que el aprendizaje no es lineal, es expansivo. Se dice que estamos en medio de la Cuarta Revolución Industrial, una era definida por la fusión de tecnologías que borran las líneas entre los ámbitos físico, digital y biológico, transformando radicalmente el mercado laboral y la sociedad. ¿Y ahí cuál va a ser tu rol?
Naval Ravikant es un autor interesante para leer al respecto. No es solo lo que ha logrado, sino cómo piensa, cómo ve el mundo. Ha construido una filosofía de vida que abarca desde la economía hasta la meditación. Naval sabe que el verdadero aprendizaje requiere curiosidad, requiere estar dispuesto a pivotar, a adaptarse.
En un mundo donde la IA amenaza con más velocidad que nunca sacarnos espacios, ser un estudiante perpetuo no es verdaderamente opcional, es una necesidad. El mundo no se detiene, el conocimiento no se estanca. Lo que sabías ayer puede no ser suficiente mañana. Y ahí radica la belleza del aprendizaje continuo: es infinitamente expansivo, al igual que nuestro potencial.
Así que, ¿qué vas a hacer? ¿Especialización hasta el punto de la obsolescencia, o buscar ser un Swiss Army Knife humano que necesitamos para avanzar? La elección es personal, pero hay que tener en cuenta: en un mundo que cambia rápidamente, la versatilidad no es solo valiosa; es vital.