La psicología financiera estudia el comportamiento de las personas a la hora de tomar decisiones económicas. Tiene en cuenta las emociones, la influencia del contexto así como los sesgos y atajos cognitivos que utiliza el cerebro humano a la hora de tomar cualquier decisión.
Un cerebro: dos sistemas de pensamiento
Nuestro cerebro es más inteligente a cámara lenta, pero a menudo nos guiamos por percepciones y por emociones más que por el conocimiento y el pensamiento deliberado.
Sistema lento: es el calculador, consciente, infrecuente, esforzado y lógico.
Sistema rápido: es el automático, subconsciente, frecuente, estereotípico y emocional.
Toma de decisiones: solo 10% de ellas se realizan a través del sistema lento, el 90% de las veces nuestras decisiones son irracionales.
Estos son los mecanismos o atajos mentales más frecuentes en la toma de decisiones relacionadas con el dinero:
Exceso de confianza: Sobrestimamos nuestra capacidad para alcanzar metas y la probabilidad de que todo vaya bien.
Sesgo del presente: Buscamos la gratificación inmediata, infravalorando los beneficios futuros.
Aversión a la pérdida: Nos duelen más las pérdidas de lo que nos satisfacen las ganancias.
Statu quo: Tendemos a aceptar lo que nos viene dado y a seguir con lo que siempre hemos hecho.
Falacia del coste hundido: Continuar con una conducta debido a la inversión realizada previamente.
Influencia social: Nuestras decisiones están fuertemente influenciadas por lo que otros hacen o esperan.
Estas limitaciones cognitivas, a las que nos vemos constantemente expuestos, pueden ocasionar que tomemos malas decisiones financieras.