Desde toparse con menos turistas, ver un otoño boreal de ensueño, hasta conseguir todo a un mejor precio y evitando las largas filas, son algunas de las ventajas que ofrece la temporada baja en Europa.
La temporada de viajes en Europa este verano ha sido conocida por incontables fallas en las aerolíneas, caos en los aeropuertos, tarifas hoteleras por las nubes y olas de calor hicieron que fuera una temporada para los libros, aunque (esperemos) no para repetir. Para muchos, todo esto fue motivo suficiente para posponer por completo una esperada escapada al continente.
“El shock de los precios de esta temporada fue muy real, incluso para los viajeros que tenían los medios para permitírselo”, expresó David Prior, fundador del club de viajes Prior. La inflación hizo que las tarifas, que ya estaban en niveles récord, subieran aún más (hasta un 50% más que en 2019) y ni siquiera la paridad entre el dólar y el euro de finales de temporada pudo compensarlo.
La gente estaba atónita, si bien el costo por sí solo puede haber hecho que muchos viajeros se estremezcan, un clima sin precedentes hizo que otros reprogramaran sus viajes o se fueran a otro lugar; como las Baleares o Grecia que eran demasiado calurosos para algunos.
“Empezamos a ver que la gente se aleja de esos climas” y del verano en su totalidad. Por supuesto, los viajeros expertos (y los que no tienen hijos ni horarios escolares) llevan años aprovechando las innumerables ventajas de la temporada baja, disfrutando de viajes en épocas menos concurridas y más asequibles a lugares de veraneo como la costa de Amalfi, en Italia, y las islas griegas. Pero como la temporada alta se desborda hacia el otoño boreal, este año será un poco diferente.
“Antes había una mayor caída de agosto a septiembre”, dice Charles Neville, del operador turístico neoyorquino JayWay Travel. “Pero ahora se trata de trasladar ese lapso de tiempo a octubre e incluso noviembre”. Aun así, dice Neville, las ofertas están ahí si se sabe dónde encontrarlas.
“Se trata de encontrar el punto óptimo de buen clima y asequibilidad mientras todo está abierto”. Aquí los seis mejores lugares de Europa en temporada baja por los que apuestan los profesionales de los viajes este año.
1- Santorini, Grecia: Cuanto más al sur uno vaya, más durará el verano. En destinos como las Islas Baleares y Grecia se puede disfrutar de un clima cálido y seco hasta bien entrado octubre. Santorini tiene la temporada más larga de la región, ya que permanece abierta hasta noviembre, lo que permite conseguir mejores ofertas cuanto más se espere.
Según búsquedas recientes en Google, la media de los vuelos de ida y vuelta desde Nueva York a Atenas son hasta USD 1.000 más baratos, por ejemplo, desde finales de agosto hasta finales de septiembre, cuando las tarifas sin escalas pueden salir unos USD 900. Si espera hasta mediados de octubre, ahorrará aún más, con vuelos a partir de USD 550.
2- Lago de Como, Italia: A diferencia de los estadounidenses y otros turistas extranjeros, que tienden a saturar los lagos italianos en verano, los europeos se dirigen tradicionalmente a la región del norte en otoño.
Y no es para menos, dice Valentina de Santi, propietaria del Grand Hotel Tremezzo y de la histórica villa convertida en hotel Passalacqua, ambos a orillas del lago de Como. “Octubre es, con diferencia, uno de mis meses favoritos para estar en el lago. Todo se ralentiza y empezamos a tener un follaje increíble, pero sigue haciendo suficiente calor para salir en el barco todo el día”, señala.
La escena culinario de la región también cambia durante el otoño, gracias a la abundancia de trufas, boletus y calabaza que están en temporada en esta época del año. “En esto consiste realmente nuestra auténtica cocina”, añade de Santi. “La gente que sólo viene aquí en verano nunca llega a probarla”. Y como el lago de Como cuenta con una sólida población local, dice, sus pueblos permanecen animados hasta bien entrada la temporada baja.
Aunque las tarifas de verano de Passalacqua se mantienen estables hasta principios de otoño, el hotel de 25 habitaciones (uno de los pocos de la región que permanece abierto todo el año) baja sus tarifas medias por noche en un 40% aproximadamente a partir de mediados de octubre, y la más baja a principios de noviembre ronda los 1.300 euros.
3- Praga: Prior afirma que muchos de sus clientes están deseosos de volver a sus capitales europeas favoritas este año, pero destinos clásicos como Milán y París no muestran signos de bajar sus tarifas a partir del otoño. De hecho, muchos sólo se encarecerán una vez que llegue el clima otoñal, según Luca Finardi, director de zona de Italia de Mandarin Oriental y director general del hotel de la marca en Milán. “Mayo, junio, septiembre y octubre se han convertido en nuestra temporada alta para los viajeros de ocio”, ya que las temperaturas extremas de pleno verano ahuyentan cada vez más a la gente durante julio y agosto, afirma Finardi.
Si desea una mezcla de cultura, gastronomía y lujo, Neville, de JayWay, sugiere mirar más al este, a las capitales de Europa central, donde se pueden vivir excelentes experiencias de viaje durante todo el año. “Praga, Viena, Budapest... todas estas ciudades son igual de cosmopolitas, pero no han estado en la lista de los estadounidenses este año”, dice, y añade que la invasión de Ucrania puede ser la causa de la inquietud de muchos viajeros.
Las tarifas de ida y vuelta de Nueva York a Praga a finales de septiembre pueden reservarse actualmente por tan sólo USD 700 en United y Lufthansa, y las tarifas por noche en el Four Seasons Hotel Prague parten de 540 euros, aproximadamente la mitad del costo para las mismas fechas en el Four Seasons Hotel Madrid, y una quinta parte del costo de una habitación en el Four Seasons Hotel George V, París.
4- Puglia y Sicilia: Independientemente de la temporada, Neville aleja a sus clientes de la Costa Amalfitana en favor de lo que él llama destinos “más auténticos”. “Los italianos no van a la Costa Amalfitana, ¿y por qué habrían de hacerlo?”, se pregunta. “Puglia y Sicilia tienen mejor comida y mejores playas, y nada del zoológico turístico de Amalfi”. El clima mediterráneo tanto en Apulia, el “talón” de la bota italiana, como en la isla de Sicilia, a través de su “dedo del pie”, hace que las temperaturas cálidas se prolonguen hasta octubre, cuando la media del mediodía todavía alcanza los 21 grados.
Pero, a diferencia de lo que ocurre en la Costa Amalfitana, la demanda en ambos destinos disminuye, especialmente en octubre, cuando las tarifas de los centros turísticos de lujo, como Borgo Egnazia, pueden descender a unos 700 euros, aproximadamente un tercio de la tarifa de temporada alta. Sin embargo, las ciudades más pobladas de Apulia, como Bari y Caruso, siguen teniendo una gran actividad en cualquier época del año. E incluso pueblos históricos como Monopoli pueden ser excelentes para visitarlos en otoño, dice Neville.
“La mayoría de los restaurantes y otros negocios permanecen abiertos al menos hasta enero”, añade. “Eso incluye la mejor heladería del mundo, la Caruso de Monopoli”. Los vuelos son más asequibles cuanto más avanza el otoño, y pasan de costar unos USD 1.000 por viaje de ida y vuelta desde Nueva York en verano a unos 700 dólares a mediados de octubre en United y Lufthansa.
5- Portugal: Shelly, de la empresa asesora Embark Beyond, suele indicar Portugal a sus clientes que buscan la clásica combinación de playas, comida y vino, sin los recargos de Francia e Italia.
“Portugal es siempre una alternativa más asequible prácticamente en cualquier época del año. En otoño es especialmente agradable porque hace suficiente calor para ir a la playa, pero también tienes la ventaja añadida de la temporada de cosecha en el país del vino”, acotó.
Shelly recomienda un viaje que abarque Lisboa, el Valle del Duoro y las Azores, un popular destino de aventura en el Atlántico Norte, a dos horas de avión de Lisboa. Aunque a mediados de septiembre es la mejor opción si se quiere llegar a la temporada de la vendimia (el año pasado fue desde mediados de agosto hasta finales de octubre), octubre sigue siendo lo suficientemente cálido para almorzar al aire libre y pasar las tardes en la playa.
Las mejores ofertas llegan más tarde en la temporada, con vuelos de ida y vuelta desde Nueva York a Lisboa que rondan los USD 600 en Delta, un 40% menos que las tarifas de verano. Una vez en tierra, los precios de los hoteles suelen ser una ganga comparados con los de otros destinos europeos más populares.