La reactivación turística se traduce en una oportunidad para disfrutar aún más de los destinos que por mucho tiempo estuvieron fuera de las posibilidades de acceso debido a la coyuntura mundial y las restricciones. En este sentido, existen ciertos puntos turísticos que son icónicos y que no pueden quedar fuera de tu álbum de fotos o de tu perfil en las redes sociales, en caso que decidas retomar tus viajes de placer.

El monumento más icónico de Barcelona es la Basílica de la Sagrada Familia ideado por el arquitecto Antoni Gaudí. Iniciada en 1882, es la obra maestra de Gaudí, y el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana.

La ruta de los Siete Valles Colgantes (Portugal), que se extiende desde la playa da Marinha hasta la playa de Valle Centeanes, es un lugar ideal para sacarse un selfie con uno de los paisajes más hermosos del Algarve al fondo. Este camino de aproximadamente diez kilómetros ha sido galardonado en diversas ocasiones como uno de los más espectaculares de Europa con paisajes que parecen fruto de la magia y la fantasía.

El atardecer más famoso del mundo se produce en lo alto del centro histórico de Oia. Oia es una ciudad costera en el extremo noroeste de Santorini, una isla griega en el mar Egeo. La ciudad tiene casas blancas entre los acantilados escarpados y desde allí se ve un cráter cubierto de agua. En una mansión del siglo XIX, el Museo Marítimo Naval exhibe material histórico sobre la marina. En las cercanías, se encuentran las ruinas del castillo Oia, conocidas por sus vistas del atardecer.