Jorge García Riart
Doctor en Educación Superior
Si tuviéramos una política pública energética en el país, podríamos tener mejor educación pública. Para aclarar el silogismo, cabe hacer algunas suposiciones.
Si tuviéramos un Estado que fomente el desarrollo y la innovación en la generación y uso de vehículos eléctricos, tendríamos menos contaminación del ambiente y, en consecuencia, mejor calidad de aire para nuestros hijos.
Si tuviéramos un Estado que introduzca una red complementaria de transporte público eléctrico, tendríamos la movilización de más niños y jóvenes hacia los centros educativos, incluso mejor si fuera gratuito.
Si tuviéramos un Estado que subsidie al pasajero o al conductor, no a los emblemas de combustible fósil, tendríamos un alivio en el coste de traslado de la población en edad escolar hacia sus escuelas y colegios.
Si tuviéramos un Estado que priorice la conexión eléctrica y compense su consumo en las instituciones educativas, tendríamos actividades a todo tiempo y en todo momento para hacer que la escuela y el colegio sean centro de la cohesión social.
Si tuviéramos un Estado que fomente la integración de la conectividad eléctrica con la conectividad a Internet, tendríamos chicos y chicas buscando conocimiento útil por medio de tecnología digital para transformar su entorno social y el de sus familias.
Si tuviéramos un Estado que esté realmente interesado en la transformación educativa, tendríamos en este momento think tanks pensando como el futuro energético del Paraguay puede contribuir a la calidad educativa y, lógicamente, al desarrollo nacional.
Si tuviéramos un Estado… (A veces tenemos duda de que exista un Estado serio). Si tuviéramos gobernantes eficientes… (A veces tenemos duda de que ellos prioricen al ciudadano). Si tuviéramos…
Se me ocurren estos supuestos ahora que las movilizaciones por mejores precios de combustible presionan sobre un Estado ya débil para que dirija su enfoque hacia donde no tiene que dirigirlo y se olvide éste, una vez más, que la educación es el motor del desarrollo.
El ODS 7 propone ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles, en consonancia con programas de desarrollo: educación, investigación, innovación y desarrollo. Nos quedan 8 años para llegar a la meta.