Las mujeres van ganando terreno en materia laboral, se destacan en lo que hacen y el empeño que ponen. En este día especial, en que ellas son las protagonistas, no solo por la fecha, sino por lo que significan para la coyuntura global, la modernidad, la equidad en puntos de vista, así como en su capacidad de liderazgo, FOCO rinde un homenaje a quienes construyen día a día un Paraguay con mejores oportunidades.
Dicen que una mujer fuerte y empoderada no nace, se hace. Pero viendo la trayectoria y el éxito que han cosechado los proyectos de Sandra Noguera, cuesta imaginar que no haya un gen emprendedor que corra por sus venas y que haga que todo lo que toque florezca.
Ella es abogada de profesión y líder por naturaleza; cuenta con una visión empresarial envidiable, es de aquellas personas a las que les gusta desafiarse constantemente y luchar por hacer realidad sus sueños.
Sandra suma en su haber un máster en Asesoría Fiscal por la Universidad de Navarra, España, posee experiencia en gestión de proyectos, fue asesora de empresas y organizaciones nacionales e internacionales en materia de Derecho Tributario, Minero, Administrativo, Societario, Hidrocarburos, Recursos Energéticos, Aeronáutico, entre otros y, hoy día, dirige el timón de uno de los gremios más importantes para el crecimiento de la economía local: la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
Ella se define como una mujer autocrítica que se conoce a sí misma y que busca siempre alcanzar su mejor versión, lo cual le sirvió a lo largo de su vida, tanto en el ámbito personal como profesional.
Es una mujer de familia que prefiere construir vínculos reales, por ende, rehuye de relaciones superficiales. “Tengo en claro valores como la lealtad, la honestidad, el compromiso con la verdad, la equidad; busco marcar la diferencia con mi trabajo, teniendo siempre presente que debemos aspirar a alcanzar, por sobre todo, el bien común”, explicó la gerente general de la Cappro, gremio en el que lleva ya más de cinco años.
Está convencida de que la mujer actual tiene una mirada diferente respecto al rol que puede asumir dentro de la sociedad. Esa convicción la lleva a creer en que se puede exigir con más ímpetu no ser invisible desde el punto de vista profesional y luchar contra el trato desigual.
En lo respecta a su persona, mencionó que no desaprovechó las oportunidades que con esfuerzo le brindaron sus padres para acceder a una formación de calidad. Señaló que la educaron sin diferencias de trato con respecto a su hermano e implementando como dogma que uno tiene que luchar por lo que uno sueña.
Campo laboral. Dentro del mundo laboral, reconoce que la mujer vive en un ámbito que ha sido liderado únicamente por los hombres durante mucho tiempo, y si bien las condiciones de las mujeres han avanzado en gran parte del mundo, de acuerdo con las estadísticas, sigue siendo minoría en los puestos de poder y, es precisamente, esta escasa representación la que afecta a todas.
“Creo que actualmente las mujeres tenemos más oportunidades y eso sí pude notar en el sector agroindustrial, dónde muchas posiciones técnicas son ocupadas por mujeres, ingenieras industriales, encargadas de seguridad, etc. Las industrias asociadas a Cappro están comprometidas en dar las mismas oportunidades, independientemente del género”, destacó Sandra.
Sobre la modernidad de la mujer señaló que el principal desafío es no permitir que apaguen la luz y propia valía de ellas, en un mundo en el que los espacios de poder aún son ocupados mayoritariamente por hombres, y en el que a veces, como se diría coloquialmente “quieren parar el carro” cuando una mujer avanza a un ritmo que no es aceptado por quienes se rehusan a dar lo que naturalmente le correspondería por su capacidad.
Profesionalismo. En cada paso profesional que dio, Sandra siempre fue consciente de que un cargo de alta relevancia trae aparejada una mayor responsabilidad, ya que las consecuencias de las decisiones pueden generar también un mayor impacto –positivo o negativo- en la vida y en los intereses de los demás.
Señaló que si velar por los intereses de una empresa es una gran responsabilidad, estar al frente de un gremio tan importante como la Cappro -que aglutina a las industrias aceiteras más grandes del país- lo es aún más.
“Estar en este cargo significa una gran satisfacción para mí, un privilegio y un gran desafío, porque no solo trabajo para aumentar la industrialización de oleaginosas dentro del país, por sus más de 8.800 colaboradores directos e indirectos, sino por y para el desarrollo económico y social del Paraguay”, indicó.
Atendiendo a este precedente, piensa que una mujer debe enfocarse en un 100% con lo que se propone ya que todo lo que vale la pena requiere de un gran esfuerzo.