Una turbina de viento quieta en un día de calma o girando velozmente cuando la demanda ya está cubierta plantea un problema para las energías renovables y es uno que los investigadores creen que puede resolverse bajo el mar.
La idea es que las granjas eólicas en mar abierto puedan usar el agua del mar para almacenar energía hasta que se necesite, ayudando a la humanidad a abandonar los combustibles fósiles.
La Pila Oceánica
“Hemos llegado a una solución que llamamos la Pila Oceánica”, dijo Frits Bliek, director ejecutivo de la empresa alemana Ocean Grazer, al mostrar el sistema en la feria de tecnología CES, en Las Vegas.
En medio de la creciente presión para abandonar el uso de fuentes de energía que provocan el cambio climático, como el carbón, es fundamental acumular energía verde, aseguran los expertos, ya que la naturaleza no siempre permite aprovechar la fuerza del viento o la luz del sol en el momento en que la electricidad es más demandada.
La “Pila Oceánica” de Bliek se basa en enormes vejigas flexibles en el lecho marino, que el parque eólico rellena con agua de mar.
Cuando hay demanda de energía la presión del océano exprime el agua a través de un sistema en el lecho marino, el cual incluye turbinas y el resultado es electricidad.
Una consideración clave con la energía es su costo, y los sistemas de almacenamiento que involucran cierto tipo de baterías son no solo muy costosos sino que implican el riesgo de fugas o contaminación del medio ambiente marino.
Los sistemas basados en presión ya se usan en presas hidroeléctricas que bombean el agua en reservorios detrás del embalse cuando la demanda eléctrica cae, almacenándola de forma efectiva para que regrese a través de las turbinas del complejo.
Esta tecnología, denominada “energía hidroeléctrica de bombeo” en Italia y Suiza en la década de 1890, se puede encontrar hoy en presas de todo el mundo.