Con la fuga de talentos los países pierden el capital invertido en educación y se coarta el ciclo de la productividad con profesionales que deberían sumarse al aparato económico; es decir, hay una clara pérdida de competitividad.
Una de las grandes preocupaciones de los países de la región es la continua fuga de talentos hacia otros más desarrollados y donde se tengan mejores oportunidades de crecimiento tanto personal como profesional. Ante la crisis que ha dejado la pandemia, el tema de la fuga de cerebros o de talentos toma una gran relevancia, ya que la cantidad de desocupados laboralmente, además de aquellos que deseen mejorar sus ingresos y calidad de vida mirarán en Europa y el norte de América una posibilidad de realizar este sueño.
La razón predominante por la que nuestros talentos escogen otros países para emigrar es la posibilidad de movilidad social o las oportunidades que tienen las personas para cambiar su posición y escalar a lo largo de la estructura socioeconómica.
Según David McKenzie, economista principal del Grupo de Investigación sobre Desarrollo, Unidad de Desarrollo de Finanzas y Sector Privado del Banco Mundial (BM), la fuga de cerebros, en cifras globales, está creciendo. El informe presentado revela que el número de inmigrantes desde nuestra región hacia el norte aumentó de 14 millones de personas en 1960, a 60 millones en 2000.
La fuga de talentos y su realidad en Latinoamérica
El Banco Mundial presentó un estudio según el cual más de 30 millones de latinoamericanos actualmente residen en países distintos de su país de origen, es decir, un 5,2% de la población, y si hablásemos de los países del Caribe, más del 70% de los profesionales cualificados emigran en busca de mejores oportunidades.
La lista de los países de la región con mayor número de emigrantes se encuentra liderada por Argentina, Venezuela, México, Brasil, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Chile, Paraguay y Bolivia. La mayor parte de estos talentos emigrantes, en promedio un 90%, busca como destino final los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con mayores ingresos.
Recordemos que los países que integran la OCDE son: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República de Corea del Sur, República Checa, Dinamarca, República Eslovaca, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Lituania, Luxemburgo, Letonia, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Turquía.
Una de las principales razones por las que el número de fuga de talentos tenderá a aumentar en esta era de pandemia es el nivel de desempleo que la misma ha potenciado.
Las consecuencias para los países a raíz de la fuga de talentos pueden ser, entre otras, que el Estado pierde el capital invertido en la formación de la persona; no se aprovecha la productividad de los profesionales capacitados; no habría incentivos para que profesionales de otros países vengan a los nuestros para transmitir sus conocimientos; los países afectados podrían ver disminuidas sus capacidades productivas y se verían en situaciones de desmejora en el mercado, indicó la consultora internacional, Trust Corporate.