General Motors presentó un objetivo ambicioso recientemente: duplicar su facturación anual para 2030 mediante más ventas de vehículos eléctricos, pero también de nuevos servicios y programas informáticos, entre los que figura un sistema avanzado de asistencia a la conducción.
Una empresa futurista como Tesla: el principal fabricante estadounidense busca convencer a los inversores de que GM, que tiene una capitalización bursátil de 78.000 millones de dólares, podría ser considerado una empresa futurista como Tesla, que vale 10 veces más en Wall Street.
El grupo, que tuvo ventas por 140.000 millones de dólares en los últimos cinco años, anunció que planea destinar 35.000 millones de dólares hasta 2025 para desarrollar vehículos eléctricos y autónomos.
Más de la mitad de las fábricas del grupo en América del Norte y China deberían producir vehículos eléctricos para 2030, precisó GM el miércoles, en la apertura de dos días de presentaciones a los inversores. El grupo aspira a producir solo autos de cero emisiones para 2035.
Por otra parte: El fundador de Tesla, Elon Musk, informó a inversores que su empresa, principal fabricante de vehículos eléctricos, trasladará su sede de Silicon Valley a Texas.
“Estoy emocionado de anunciar que trasladaremos nuestra sede a Austin, Texas”, dijo Musk en una reunión anual de accionistas. “En todo caso, para ser claros, continuaremos expandiendo nuestras actividades en California”, añadió.
Musk sostuvo que las ventas de Tesla están creciendo con fuerza y que la compañía está aumentando las entregas a pesar de la escasez de chips de computadora y otros componentes.
Tesla tiene como objetivo aumentar la producción en su planta en Fremont, California, en un 50 por ciento, según Musk. Sin embargo, esa planta está llegando a los límites de su capacidad, dijo.
Indicó que el costo de vida en Silicon Valley es más alto para los trabajadores, y los precios de las viviendas están fuera de su alcance, por lo que a menudo deben hacer viajes largos para ir a trabajar.
Musk se ha enfrentado a los reguladores en California y se encuentra entre las figuras tecnológicas de alto perfil que dejaron el estado por lugares con impuestos sobre la renta más bajos y menos regulación.


Fuente: AFP