Gabriela Teasdale
Presidenta de la Fundación Transformación Paraguay
@gabyteasdale
En estos tiempos duros que nos han tocado vivir hemos escuchado casi hasta el cansancio la palabra reinventar. Pero no estoy tan segura de que nos hayamos tomado un tiempo para reflexionar sobre su significado. A veces hasta parece que la decimos por inercia, repitiéndola para tener algo en lo que asirnos, para juntar fuerzas y seguir adelante. Pero ¿cuándo realmente nos reinventamos? ¿Cuando hacemos más de lo que hacíamos? ¿Cuando hacemos algo diferente? Pienso que reinventarse tiene que ver con transformarse, reencontrarse y cambiar. No cambiar de trabajo o cambiar de vivienda o cambiar de pareja.
Se trata de un proceso interno, de redescubrirse uno mismo, de navegar internamente para sacar lo mejor de nosotros. Y muchas veces ocurre cuando experimentamos un sacudón en nuestras vidas, cuando nos vemos forzados a ese cambio. Tal vez en sociedades del pasado no era tan necesario transformarse, sino que resultaba preferible mantenerse fiel a las costumbres, a ciertas ideas que nos proporcionaban estabilidad. Los tiempos son diferentes y ahora esa transformación casi perpetua es un valor insoslayable.
Este fue el tenor de las conferencias que acabamos de organizar con la fundación Transformación Paraguay, con invitados que han sido verdaderamente un lujo. Nuestro país tuvo la fortuna de recibir después de mucho tiempo a especialistas en liderazgo, motivación y actitud positiva que, además de entregarnos sus enseñanzas, nos llenaron de ilusión con la posibilidad de un futuro mejor.
Fueron dos días intensos en los que las emociones estuvieron a flor de piel. Miles de personas tuvieron la oportunidad de escuchar a figuras como John C. Maxwell hablando sobre su último libro “Cambia tu mundo”, al sacerdote católico Luis Zazano, quien a través de la redes sociales revolucionó la forma de dirigirse a sus fieles o a Víctor Kuppers, que defiende la idea de que nadie nos va a recordar por nuestros títulos o nuestra cuenta bancaria sino por nuestra manera de ser. Y un espacio sin dudas emotivo fue la presencia de nuestro enorme Derlys Ayala, uno de los mejores maratonistas de Sudamérica, quien con sacrificio y tenacidad terminó forjando una carrera más que admirable.
El evento tuvo un espacio exclusivo para el sector educativo. Y ahí escuchamos testimonios increíbles. Docentes que apenas sabían usar una computadora y tuvieron que aprender en medio de la urgencia que marcó la pandemia como dictar clases a través de una plataforma online. Muchos trabajaron horas y horas para ponerse al día y conectar con sus estudiantes, otros tuvieron que lidiar con las dificultades que supone la tecnología en el interior del país. Y lo hicieron para cumplir con ese trabajo tan valioso que es divulgar conocimiento, valores y principios.
Nuestros docentes nos dieron una gran lección sobre lo que es reinventarse y nosotros tuvimos la fortuna de poder retribuirlos mínimamente con un espacio de reflexión en el que compartieron experiencias y obtuvieron herramientas para crecer, fortalecerse y seguir desarrollando esa maravillosa tarea de ayudar a construir los líderes del mañana.