Jorge García Riart
Doctor en Educación Superior
Ni una propuesta, ni una promesa. No encuentro, ni leo ni veo, en medio de este proceso electoral, nada relacionado con la educación pública que también es responsabilidad municipal.
Y la ausencia en el discurso si no es falta de conocimiento es negligencia. No puede admitirse, a pesar de prescripciones constitucionales y legales, la distancia que los candidatos y las candidatas muestran con respecto a educación.
En los últimos 10 años, el Estado paraguayo, por medio de Fonacide, transfirió a los municipios más de 5 billones de guaraníes para infraestructura y alimentación escolar y algunas actividades complementarias.
Lo mínimo que pueden decir los aspirantes a intendentes es que van a administrar con mayor eficiencia estos fondos públicos en los próximos años, porque en los que pasaron han demostrado serias desprolijidades.
Los fondos de Fonacide se acabarán pronto, quizás a mediados del próximo gobierno municipal, los royalties destinados a educación desaparecerán. Su reactivación dependerá de nuevos acuerdos binacionales en especial sobre Itaipú.
Entonces, la creatividad para mejorar la educación se volcará a ser más local que antes. El Estado nacional no podrá hacerlo solo, quedará desfasado. Los gobiernos locales serán la principal oportunidad para sostener la educación de este siglo.
Hay oportunidades educativas en todos lados y la municipalidad puede ser impulsor de una nueva educación. Los gobiernos locales serán clave para la certificación de nuevas competencias que son estrictamente territoriales.
La economía se mueve en las ciudades. El turismo, la gastronomía, el comercio, los servicios, el empleo, por ejemplo, están arraigados a una ciudad. Por tanto, el municipio debe pensar en un plan educativo transversal a la gestión municipal para promover nuevas capacidades.
Si no entienden esto, para qué se postulan a concejales. Los legislativos municipales tendrán la oportunidad, en el nuevo contexto, de dar el soporte normativo para trabajar en educación de las cadenas de valor.
Dentro de la digitalización, las ordenanzas municipales tendrán que abrirse a la flexibilización de la conectividad y sus soportes de infraestructura en alianza con empresas y organizaciones locales para acercar a sus ciudadanos/as Internet.
Y, entre otras cosas, los sectores vulnerables o de afectación por obras públicas, tendrán que ser contenidos por los municipios para garantizar su derecho a la vivienda, pero también a la educación de calidad, curricular o extracurricular.
Pero la educación no solo es asunto de Estado, es asunto de todos. Creo categóricamente que los futuros gobernantes tendrán que generar concertaciones ciudadanas para una gran transformación educativa.
Hoy, la propaganda electoral se envuelve de parafernalias mientras se vacía de contenido y compromisos sustanciales. Si no se piensa en el factor de la educación como clave para el desarrollo futuro de las ciudades, no se aprendió nada de la pandemia.