Luis Gustavo Vivanco
Profesor Asociado de FDC & Economista del Travelex Bank
El entorno macro empresarial, especialmente en situaciones de crisis, requiere una reestructuración de la gestión para garantizar que la rentabilidad sea atractiva para las expectativas de las partes interesadas. En este contexto, abordamos tres aspectos fundamentales para análisis: el seguimiento del flujo de caja, la gestión eficiente de los proyectos de inversión y la elección del financiamiento.
En cuanto al seguimiento del flujo de caja, su relevancia proviene de la necesidad de hacer un seguimiento de los importes efectivamente pagados o recibidos en la empresa, ya que suele existir un desajuste entre el base devengado, cuya base son los valores de las facturas de compra o venta calculadas, desde el punto de vista económico, que pueden no coincidir con los valores en efectivo. La falta de control de efectivo crea la necesidad de capital de trabajo y un alto riesgo de liquidez, lo que puede conducir a quiebras.
Las discrepancias entre efectivo y competencia pueden ocurrir debido a la negociación de las actividades operativas de la empresa con las partes interesadas, por ejemplo con proveedores y clientes. Es común anticipar el plazo de pago para el proveedor, lo que puede llevar a un período
de tiempo prolongado hasta la recepción de los importes de las ventas por parte de los clientes. Otro caso son los excesivos descuentos otorgados por el área comercial - no acordes con el área financiera - y
el aplazamiento de los recibos de venta otorgados a los clientes, que generan riesgo de liquidez.
En lo que respecta al área de gestión de proyectos, toda inversión es un desembolso con expectativa de retorno futuro. En un análisis financiero, los flujos de caja de un proyecto se descuentan a una tasa mínima de atractivo, que debe estar en línea con las expectativas del patrocinador y la realidad del negocio. Por lo tanto, es necesario realizar un estudio sectorial para definir el costo de oportunidad de dicho proyecto, ya que impactará en su viabilidad.
Una buena práctica en el mundo de la gestión de proyectos es definir 3 escenarios:
1º) Escenario optimista: considera que la tasa de descuento de los flujos de caja del proyecto es una tasa menos estricta en términos de costo, como ejemplo la tasa de interés básica de la economía.
2º) Escenario probable: considera como tasa de descuento de los flujos de caja del proyecto una tasa más adecuada en relación a la realidad del negocio al que se inserta el proyecto. Por lo general, la tasa más utilizada se llama WACC (costo promedio ponderado de capital), que combina la tasa de rendimiento requerida por el socio, generalmente más cara, y la tasa de rendimiento del financiamiento con capital de terceros.
3º) Escenario pesimista: considera como tasa de descuento de los flujos de caja del proyecto el costo de oportunidad requerido por el socio, ya que valora el retorno que requiere para superar todas las oportunidades de la economía.
A partir del análisis de los tres escenarios, se hace más integral la visión del retorno del proyecto y se subsidia el seguimiento de la gestión de riesgos.
En cuanto a la elección del financiamiento corporativo, la trayectoria de caída de las tasas de interés y el surgimiento de programas de financiamiento incentivado para el sector público en los países latinoamericanos, especialmente debido a la pandemia, ha favorecido abaratar el costo del endeudamiento o una posible portabilidad de las deudas.
La financiación a través de capital de terceros tiene las siguientes ventajas:
1) Control de la empresa: los acreedores no pueden involucrarse en el negocio ni en su gestión. Luego, se mantiene el control de todas las decisiones y estrategias.
2) Previsibilidad: previsibilidad significa seguridad. Al obtener un préstamo, la empresa sabe cuánto tendrá que pagar y cómo.
3) Crecimiento acelerado: el capital de terceros puede proporcionar un crecimiento rápido, lo que resultará en mayores ganancias. La empresa a menudo atraviesa un momento en el que las oportunidades son muchas y la generación de efectivo no es suficiente para financiarse.
4) Disminución de la base imponible de la renta: La deuda aporta otro beneficio a la empresa. En algunos regímenes fiscales, los pagos de intereses pueden deducirse de la renta imponible, lo que hace que la tasa impositiva sea más baja que en el financiamiento de capital.
En definitiva, la financiación mediante acciones no implica deuda con terceros, sino participación en beneficios con mayor expectativa. El capital de terceros, por otro lado, proporciona un crecimiento más rápido y su control sobre la empresa. Ambas alternativas son elementos de
la dinámica de gestión financiera de la empresa. Lo que determinará la mejor entrada de recursos es una evaluación detallada de la situación de la empresa y la gestión del capital.