Guido R. Brítez Balzarini
Socio Gerente de Sunergos.
Algunos gerentes suelen tener dudas respecto al alcance del concepto “toma de decisiones participativas” en un contexto organizacional. Por lo general piensan erróneamente que implica pasar toda la responsabilidad del proceso de toma de decisiones a sus colaboradores, sin embargo, se trata simplemente de iniciar el proceso con un análisis participativo, es decir compartiendo pareceres con los colaboradores antes de tomar una decisión. El gerente siempre se reserva la decisión final.
Dependiendo de las situaciones, el análisis participativo puede ser realizado con unos pocos colaboradores claves, con los más cercanos, con aquel que conoce más el contenido de la decisión, con aquel que será afectado o con aquel colaborador de mucha confianza del gerente y que suele actuar como su “mano derecha”.
Los gerentes suelen tomar decisiones de dos maneras:
Método A : Decidir, informar y preguntar
Este no es el método recomendado para tomar decisiones participativas en un contexto organizacional. La ventaja podría ser la rapidez en la toma de decisión, pero su desventaja principal es la ausencia del involucramiento de colaboradores al inicio del proceso.
Es decir, no se apela a la sinergia, a “dos cabezas piensan mejor que una”, y más que nada el gerente se entera tarde de las ideas de sus colaboradores.
Otra desventaja del Método A es que los colaboradores podrían no identificarse con la decisión y no apoyarla en el momento de la implementación, cuando hacen su parte. Otra desventaja es que el gerente al final del proceso se ve obligado a iniciar un proceso de “venta de su decisión”, algo que podría haberse ahorrado compartiendo con los colaboradores al inicio del proceso.
Método B: Preguntar, decidir e informar
El Método B es la manera participativa de tomar decisiones porque se inicia con un intercambio de pareceres entre las personas cercanas a los impactos de la decisión. El gerente inicia el proceso preguntando algo parecido a: ¿Cuál es tu análisis respecto a esta decisión?
Los beneficios del Método B son:
1. La decisión es analizada desde varios ángulos y se aprovecha el hecho que “varias cabezas piensan mejor que una”. Los colaboradores pueden hacer notar ángulos que el gerente no estaba viendo.
2. Los colaboradores se sienten implicados y ayudan a analizar los detalles de la decisión, lo cual permite al gerente, de paso, evaluar la capacidad de análisis de sus colaboradores y ganar su apoyo antes de la implementación, o enterarse enseguida si existen ideas en contra de la decisión en el seno de su propio equipo.
3. Los colaboradores pueden sentirse motivados, valorados, respetados y tenidos en cuenta cuando el gerente les pide su opinión, lo cual les puede ayudar a crecer como personas y como profesionales.
4. Al exponer sus ideas, el gerente puede entender mejor su propia idea, puede mejorarla y quizás combinar ideas para diseñar una mejor solución.
5. Con el método B, el líder realmente cumple su rol de actuar como un director de orquesta que coordina acciones y saca lo mejor de cada colaborador. En mi experiencia, pocos gerentes se dan cuenta que su trabajo es utilizar toda la capacidad intelectual y la creatividad de su equipo. Liz Wiseman ilustra esta idea:
“Lo importante no es cuánto sabes, sino que tanto puedes acceder a lo que tus colaboradores saben”
Tomar decisiones participativas no significa la obligación de estar de acuerdo con los planteamientos de los colaboradores. Cuando el gerente tuvo la oportunidad de contrastar sus propias ideas con las de sus colaboradores, se estima que ya está en condiciones de tomar la mejor decisión para todos.
En resumen, el Método B de tomar decisiones tiene muchas más ventajas que el Método A, tanto para el gerente, los colaboradores y la misma organización. Con el Método B, las decisiones son más analizadas y elaboradas, los colaboradores se pueden sentir parte de lo que sucede y de lo que está por suceder; por lo tanto, se pueden sentir motivados, valorados y el gerente puede sentirse seguro que su decisión fue debidamente analizada.