¿Sabías que en América Latina sólo el 15% de este tipo de compañías sobrevive al primer proceso de transición generacional? Invitado por Lide Paraguay, el especialista Renato Bernhoeft, abordó aspectos claves que permitirán a las firmas evaluar y hacer ajustes en la dirección y administración de las mismas.
1. Comprender que la herencia crea un vínculo accionario, complejo y delicado, que a lo largo del tiempo deberá sufrir un proceso de disolución: Esta pulverización tendrá efectos sobre las proporciones que cada heredero tendrá en el patrimonio. O sea, a partir de la segunda generación desaparece la figura típica que engloba los papeles y responsabilidades de “dueño”, patriarca y gestor. Emerge de esta forma una sociedad de personas que no tuvieron la libertad de elegirse para ese nuevo papel.
2. Comprender y confrontar la típica cultura familiar que busca la igualdad y equidad con la diversidad de las participaciones de accionistas emergentes: Dar inicio a un proceso de separación entre los afectos y sentimientos familiares – que deben ser preservados y desarrollados – y un conjunto de criterios y procedimientos que puedan establecer, de forma participativa, compromisos con una gama de derechos y obligaciones para los involucrados en el papel y en las responsabilidades del accionista.
3. Educarse para un desempeño competente del papel de accionista: Esto significa tener clareza de que la empresa no debe estar bajo la óptica de ser centro de colocación de familiares, pero sí como un local donde deben estar profesionales – familiares o no – capaces de agregar valor al patrimonio y atender a las demandas del mercado.
4. Aceptar que pueden existir – a lo largo de cada generación – “podas” en las participaciones de accionistas: Es bueno recordar que, aunque esos accionistas posean pequeñas participaciones en el capital, no dejan de tener altas expectativas, debido a su vínculo e influencia familiar. Salir de una sociedad familiar, con negociaciones transparentes, no excluye al accionista del vínculo familiar.
5. Obtener un equilibrio entre las necesidades de capitalización de la sociedad/empresa y las demandas de liquidez de los accionistas: Vale recordar que esas demandas, individuales y familiares, tienden a crecer de forma más intensa y rápida que los lucros de los negocios.
6. Educar a los más jóvenes de la familia en su relación con el dinero y el poder: Este ejercicio debe hacerse buscando transformarlos en responsables en relación a los “bonos” y “gravamen” que la herencia representa. La herencia no viene con un manual de instrucciones