Karina Hugo
Especialista en Educación y Creadora de modelos pedagógicos.
Tras el inicio tan esperado de la inmunización a docentes y luego de un largo periodo de aulas vacías, marcado por una nueva forma de interacción social: la virtualidad; la ciudadanía toda se encuentra expectante de los análisis y consideraciones de “cuándo será el mejor momento de retornar a las aulas”, ya que sin dudas, nos encontramos ante un escenario complejo.
En el contexto actual, podemos afirmar que tanto los niños como los jóvenes vienen perdiendo la batalla de la pandemia en el campo de la educación. Ha sido duro, para todos ellos, el proceso de adaptación a la nueva normalidad. Se ha puesto a prueba su capacidad de resiliencia y a estas alturas, se puede decir que existen repercusiones de la pandemia del Covid-19 tanto en niños como en jóvenes, tales como la afectación psicológica, problemas emocionales en los adolescentes y jóvenes, así como un lento desarrollo de habilidades s e inmadurez persistente de las mismas, en niños en etapas de adquisición de la lectoescritura.
Con la vacuna, se instala la esperanza de volver a la normalidad, pero esto no implica que vivamos como antes, ya que la manera de hacer educación cambió en el mundo entero desde antes de la pandemia. El Paraguay necesita desde hace años realizar la transición hacia un nuevo modelo pedagógico funcional del aprendizaje que otorgue a niños y jóvenes la posibilidad de integrarse con herramientas y saberes válidos a un mundo cada vez más desafiante y competitivo. Por otro lado, el paso de la presencialidad a la virtualidad nunca terminó de afianzarse durante el tiempo de confinamiento y el modelo híbrido aún no termina de despegar. Los resultados de todo lo que se hizo o no se hizo, son inciertos, en el mejor de los casos.
No se ha conseguido llegar a la equidad con las ofertas académicas aplicadas, la gran desigualdad social de nuestro país y la falta de alternativas para quienes no pueden conectarse, por no contar con celulares para el efecto, computadoras o de internet, así como los insuficientes materiales físicos con escasos contenidos, proveídos a algunos estudiantes; en fin con ninguna de las medidas tomadas se ha logrado superar el retraso en que la pandemia ha sumido a la educación del Paraguay, ya de por sí muy rezagada.
Con relación al tema principal del actual debate: ¿Volvemos o no a las aulas? Vale decir que aunque los estudiantes se puedan conectar con los educadores desde dispositivos tecnológicos, exponer durante horas a niños y jóvenes a las pantallas tiene consecuencias tales como el retraso en el lenguaje, la mala codificación de las emociones que muchas veces lleva a la sociopatía.
El retorno a clases semipresenciales se está ponderando de forma inadecuada porque en realidad, la calidad de la educación no depende de la presencialidad. El retorno a las aulas, objetivamente va a tener diferentes características, partiendo de las diversas clases sociales.
Por ejemplo, en el caso de los colegios privados y los colegios públicos. En los colegios privados, el estudiante podrá realizar su proceso de adaptación postconfinamiento, sostenido por una infraestructura al servicio de un aprendizaje y tendrá mayor capacidad de resiliencia recuperando la interacción con las medidas de bioseguridad, pero aun así se mantiene el riesgo de contagio. Para los colegios públicos, las condiciones económicas juegan un rol fundamental, porque las realidades en el hogar o en el colegio no les permite contar con condiciones adecuadas ni de infraestructura ni de recursos económicos o académicos suficientes, lo cual generará mayor presión en el alumno y establecerá otro tipo de barreras de aprendizaje
Si bien, el retorno gradual a las aulas puede resultar beneficioso para los niños y jóvenes, no se puede desconocer, que así como el aprendizaje académico se ha visto afectado, la pandemia les ha enseñado a adaptarse, a reconocer que cuando se siguen las medidas de manera correcta, se pueden superar grandes crisis como la que vivimos actualmente.
Aunque no podamos retornar a la vida cotidiana en su totalidad, mientras el proceso de vacunación avance gradualmente, lo importante es que sigamos preparando el ambiente para volver, tanto desde los recursos académicos y de infraestructura, desde el Estado y las empresas educativas privadas, como en el hogar y que no olvidemos que niños y jóvenes son el centro de cualquier acción, por lo tanto, debemos estar atentos a señales como la falta de interacción en casa, tristeza o poco apetito.
Para llevar a cabo el retorno a las escuelas es importante tomar en cuenta el desarrollo cognitivo y educativo de los niños, así como el acceso a la alimentación e inmunización.
El debate recién comienza y hay elementos a favor y en contra con relación a la apertura de los colegios. En Paraguay el cierre de las escuelas afectó a los grupos más vulnerables, lo que establece una mayor desigualdad de la que ya existe, por ello se torna importante no seguir perdiendo más tiempo y trabajar desde el Estado y la sociedad en preparar convenientemente la apertura mejorando las condiciones de aprendizaje, así como el lugar donde los chicos volverán a estudiar, desde la provisión de sistemas de agua, saneamiento e higiene, así como la actualización docente y la dotación de herramientas pedagógicas físicas y tecnológicas.