A mayor superficie de cultivos, aumentan los problemas para un mejor monitoreo y control. Y es ahí donde los Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT) cobran relevancia, pues junto con un equipamiento tecnológico y programas adecuados es posible relevar información de alta precisión. Favio Fariña, ingeniero agroambiental y especialista en Sistemas de Información Geográfica, brinda consejos para sacar provecho a esta tecnología y tomar las mejores decisiones, reducir riesgos y aumentar la productividad.
1. Combinación con otras tecnologías del campo: Hoy día, cada vez son más utilizados los dispositivos GPS en maquinarias agrícolas, tales como banderilleros satelitales y pilotos automáticos. Estas herramientas deberían ser aprovechadas al máximo por los productores, por ejemplo, para realizar el trazado de curvas de nivel y de las canalizaciones que son efectuadas con VANT.
2. Escoger la tecnología adecuada para cada caso: Se debe elegir el VANT más adecuado para la necesidad del usuario, pues existen varios tipos. Cada uno tiene una especialidad distinta y puede ser utilizado en trabajos simples que van desde el monitoreo agrícola de forma visual hasta aquellos que son más especializados como el relevamiento de la vigorosidad de plantas, trabajos topográficos e incluso los de fumigación.
3. Diferenciar ventajas y desventajas entre tipos de drones: Existen tres grandes grupos de VANT. Los de ala fija (que son los más parecidos a los aviones), los multirotores (que utilizan el principio de vuelo de los helicópteros) y los mixtos que son la mezclas de estos dos últimos (con más eficiencia). Esto es sumamente importante para optimizar los recursos a la hora de los relevamientos.
4. Utización de VANT como herramienta: Son un recurso auxiliar que colabora en la sostenibilidad de la producción del agricultor, atendiendo a que brinda información más precisa y de alta calidad para la toma de decisiones en el campo, a los efectos de minimizar riesgos.
5. Asistencia técnica especializada: Con el fin obtener el mejor rendimiento de esta herramienta, el productor debe contar con ayuda especializada que contribuya al correcto procesamiento y cruce de datos con otras herramientas, sobre todo las de estadísticas (rendimiento, calidad de suelo, etc.) y las espaciales o topográficas para implementar las medidas correctivas adecuadas, de forma precisa, eficaz y que estas se traduzcan en una mejor cosecha.