En medio de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, que hoy celebra su 30 aniversario, emerge un centro educativo modelo que promueve, a través de la educación de calidad, la transformación de jóvenes mujeres, en su mayoría de zonas rurales, con el fin de que se conviertan en liderezas de sus comunidades y poderosas agentes del desarrollo sostenible.
Trabajar con la comunidad para erradicar la pobreza. Este exitoso modelo de trabajo ha llevado a la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, administrada por la Fundación Moisés Bertoni, a brindar grandes muestras de que es posible conservar y preservar la biodiversidad sin restringir su acceso a ella, sino más bien fomentado la construcción en armonía con la naturaleza y de la mano de una educación de calidad.
Desde su creación en 1991, la Fundación Moisés Bertoni (FMB) asumió este compromiso, ratificado en la ley N° 112/91, de conservar a perpetuidad las 64.405 hectáreas que componen la primera reserva privada del país, hoy considerada uno de los grandes remanentes de bosque de la Región Oriental del Paraguay.
Para ello, desarrolla varias iniciativas enmarcadas en lo que se denomina crecimiento de triple impacto: valor ambiental, valor social y valor económico. Uno de los proyectos más emblemáticos es sin dudas el emprendido en el Centro Educativo Mbaracayú (CEM), forjado en el 2009 con miras a contribuir al desarrollo sostenible de la región a través de la educación de calidad.
El CEM ofrece educación media a jóvenes mujeres, provenientes de familias de escasos recursos de toda la región de influencia de la Reserva del Mbaracayú. Esta institución pone énfasis en lo agropecuario y el turismo de naturaleza apuntando a que las egresadas del Bachillerato Técnico Ambiental cuenten con un perfil emprendedor que les permita autosustentarse.
Es así como la Fundación Moisés Bertoni logra integrar una Reserva Natural Protegida a la población local de las comunidades circundantes, a través de la oferta de una educación de calidad para las hijas de sus pobladores; y, por supuesto, con el foco puesto en la formación de la nueva generación de emprendedoras rurales, que pueda convertirse en las futuras liderezas y transformadoras de la región en el mediano plazo.
La meta es llegar a las 10.000 egresadas, de acuerdo a los directivos de la fundación. Ellas serán quienes se encarguen de construir nuevos puentes para el desarrollo sustentable. Hasta el momento han egresado unas 345 alumnas, campesinas e indígenas, que conforman un ambiente multicultural, pues muchas son hijas de padres brasileros (lengua materna portugués), de campesinos paraguayos (lengua materna guaraní) y de indígenas de la etnia Aché (lengua materna Aché), teniendo al español como lengua de aprendizaje. Y lo más resaltante de todo es que incluso han tenido la posibilidad de representar a Paraguay a nivel internacional como en los Emiratos Árabes durante la semana de sostenibilidad en Abu Dabhi, logrando destacarse por el modelo que se lleva adelante en la Reserva.
Quien han tenido la oportunidad de visitar este paraiso natural ha vivido la experiencia del aprendizaje significativo impartido desde lo más profundo de la reserva, pues allí las jóvenes aprenden a emprender en base a una pedagogía del aprender-haciendo.
¿Cómo financian la educación de las jóvenes? La operación de diferentes unidades de negocio como el Eco-Lodge Mbaracayú, un vivero forestal, producción de leche y derivados, pollos, cerdos, sésamo, maíz, productos de granja, miel del bosque, yerba y el envasado de productos como el mix de especias, permiten que el CEM se autofinancie en un 65%. El resto proviene de recursos que la Fundación Moisés Bertoni gestiona con diferentes benefactores nacionales e internacionales.
Lo recaudado va directamente al colegio y forma parte de una unidad de negocios más, que apunta a lograr la sostenibilidad de la institución.
Cabe destacar que todo lo producido se dirige a un mercado gourmet. Por ejemplo, el mix de especias está destinado a personas que experimentan con los sabores en sus comidas. Las especias se mezclan y envasan y en cada frasco que sugiere una receta específica para su uso.
El trabajo de las alumnas se concentra en el envasado y análisis de todo el ciclo del producto, especias y mieles, así como del desarrollo de la marca, la etiqueta, etc. Así el producto se convierte también en una interesante alternativa de regalo para cualquier ocasión que por el momento son ofertadas desde la Reserva del Mbaracayú, así como en las oficinas de la fundación en Asunción.
Historia
En 1987, profesionales del Centro de Datos para la Conservación (CDC) y del Museo Nacional de Historia Natural del Paraguay (MNHNP), ambas por entonces dependencias del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en conjunto con científicos extranjeros, la organización The Nature Conservancy (TNC), organización conservacionista de Estados Unidos de América, y el Missouri Botanical Garden (USA), completaron una serie de estudios de campo en el bosque al cual denominaron “Mbaracayú”(en honor a la cordillera).
En el citado estudio determinaron la importancia biológica del área y la necesidad de convertir la propiedad en un área silvestre protegida. Fue elaborado un documento denominado “Justificación Técnica para la incorporación de 60.000 hectáreas de tierra en el Departamento de Canindeyú, al Sistema de Áreas Manejadas del Paraguay” (inédito).
Ese mismo año, durante la Reunión Anual de TNC en Snowbird, Utah, el entonces director del Centro de Datos para la Conservación, Ing. Raul Gauto, presentó a TNC la idea de la Reserva Mbaracayú como una oportunidad para la conservación de recursos naturales en Paraguay. La División Latinoamericana de TNC decidió desarrollar acciones, a instancia del Cuerpo de Gobernadores, para la conservación de esa área, y designaron al Sr. Alan Randall para trabajar con Raul Gauto en esa tarea.
Al año siguiente, en enero de 1988 se firmó el Acta de Constitución de la Fundación Moisés Bertoni para la Conservación de la Naturaleza (FMB), creada con el objetivo de contribuir a la conservación y el desarrollo sostenible de los recursos naturales del país, entre los que se encontraba Mbaracayú y otros importantes ecosistemas y reservas. La primera asamblea de la organización eligió a Raul Gauto para ocupar el cargo de director ejecutivo de la FMB, quien ejerció como tal hasta el año 1998, cuando asume la Ing. Nancy Cardozo quien ejerció hasta el año 2006, y a partir de entonces el Lic. Yan Speranza ejerce la dirección institucional.