Marcelo Berenstein
Emprender es para cualquiera, pero no cualquiera puede emprender. Parece una incoherencia, pero no lo es.
Las ideas están ahí, esperando ser capturadas.
Las oportunidades están ahí, esperando ser descubiertas.
El dinero da vueltas por ahí esperando ser atraído.
Y si están “ahí” significa que están disponibles pero no cualquiera accede a ideas, oportunidades y dinero porque se necesita algunas cualidades como visión, coraje, templanza, autoestima, aceptación del fracaso, optimismo, intuición, conocimientos, espíritu apasionado, gusto por la adrenalina, etc.
Si un salario te da seguridad, emprender será para vos como jugar a la ruleta rusa. Hay que tener una personalidad fuerte para enfrentarse a lo desconocido, creer que se puede y construir algo desde la nada.
Desde chicos nos visten con el miedo. Desnudémonos
El coach estadounidense Jack Canfield encabezó una investigación que arrojó un resultado lapidario: a diario, un niño recibe 460 estímulos negativos o críticos frente a solo 75 positivos. Es decir, que recibe un 600% más de “no” que de sí”, lo que representa 167.900 estímulos negativos anuales.
Los niños nacen puros y descontaminados de prejuicios pero a medida que crecen los mayores los llenamos de “No”: “no se puede”, “no lo hagas”, “no toques”, “no”, “no”, no”, etc. Y así vamos logrando colmar de miedos al emprendedor que hay en cada chico. Seguramente, cuando crezca sus deseos de independencia corren riesgo de frustrarse por exceso de temores.
Un consejo que siempre doy a los emprendedores es que escuchan a los expertos, algo vital pero que la mayoría no hace.
En cambio, lo que sí muchos hacen es prestar oídos a personas que, aunque bien intencionadas, responden más desde el afecto que desde la experiencia emprendedora, logrando transmitirnos sus propios miedos y desconfianza.
No importa si Einstein lo dijo o no
Las redes sociales e internet se han llenado de mensajes motivacionales cuya autoría se atribuye a personajes universales sin citar el origen exacto.
A Albert Einstein se le adjudican miles de frases y cuentos. Este no podemos dar fe que sea de su autoría, aunque se lo atribuyan; lo que sí podemos certificar es que viene como anillo al dedo para este artículo:
Dos niños patinaban en un lago congelado de Alemania. Era una tarde nublada y fría.
Los niños jugaban despreocupados. De repente, el hielo se quebró y uno de ellos se cayó, quedando atrapado en la grieta de hielo.
El otro, viendo a su amigo atrapado y congelándose, tiró un patín y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta, por fin, conseguir quebrarlo y liberar a su amigo.
Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño:
– “¿Cómo conseguiste hacer eso? ¡Es imposible que consiguieras partir el hielo siendo tan pequeño y con tan pocas fuerzas!”
En ese momento, Albert Einstein pasaba por allí y comento:
– “Yo sé cómo lo hizo
– “¿Cómo?
– “Muy sencillo”, respondió Einstein. “No había nadie para decirle que no era capaz”
Por eso, si quieres vencer la dependencia de la falsa seguridad de un salario y tienes un sueño emprendedor, una idea, una oportunidad, ¡adelante! No lo abandones siguiendo las palabras de otros. Vivir de los sueños o de un salario es una elección absolutamente tuya.
Si alguien te dice que con Internet no se hace dinero, contestale que se lo diga a la gente de Amazon, Google o Facebook;Si alguien te dice que no vale la pena innovar porque ya hay de todo, contestale que se lo diga a la gente de Apple;Si alguien te dice que dejes de soñar y te busques un empleo, contestale que se lo diga a la gente de Walt Disney;Si alguien te dice que vendiendo café no vas a salir adelante, contestale que se lo diga a la gente de Starbucks
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.