Los resultados positivos se observan en casi toda la cadena productiva y corresponden a una triple línea de impacto: económico, social y ambiental.
Cervepar impulsa varias iniciativas a través de su programa Accelerator 100+, como el proyecto “Merencena”, que consiste en la elaboración de barras de cereal, nachos y granolas, a partir de la transformación del bagazo de malta de cebada, que es un subproducto de la producción de las cervezas que la Compañía comercializa en el país. Así, el bagazo, antes destinado a consumo animal, sin valor agregado, se convirtió en un alimento apto para humanos, alto en proteínas de origen vegetal y con un valor agregado traducible en la rentabilidad adicional.
Otra iniciativa es la retornabilidad de los envases y el compromiso es contar para el 2025 con el 100% de sus empaques retornables y con mayoría de contenido reciclado en su composición.
“A la fecha, ya contamos con un gran porcentaje de nuestro volumen de ventas en presentaciones retornables (940 cc y 340 cc) y en las latas ya logramos 75% de aluminio reciclado”, refirió Alejandra Mendoza, gerente de Asuntos Corporativos y Legales de Cervepar; agregó que en la planta productora de botellas de vidrio (Fábrica Paraguaya de Vidrios -FPV), el 90% de la materia prima utilizada es vidrio roto, obtenido de botellas y otros envases de alimentos.
“Otro dato, no menor, es que una botella retornable es reutilizada hasta 29 veces antes de entrar en obsolescencia y, por nuestro proceso de gestión interna de botellas obsoletas, el vidrio generado por ellas vuelve al circuito productivo”, complementó Agustín Vázquez, jefe de Abastecimiento, quien mencionó también el diseño de un mecanismo de logística reversa de vidrio, es decir la constitución de un circuito de recuperación de envases, para evitar su disposición final en vertederos.
Agustín Vázquez, jefe de Abastecimiento de Cervepar. FOTO: GENTILEZA.
En el proceso hacia la transición circular, en Cervepar se han identificado oportunidades en casi toda la cadena. Los resultados o beneficios corresponden a una triple línea de valor, es decir, económicos, por el ejercicio de retornabilidad y recupero de botellas, que está cimentado en la estructura de costos industriales (reduciendo, incluso, el precio final para los consumidores); ambientales, al mitigar los efectos de los empaques y sacar del mercado las botellas de material virgen y de un solo uso. Y, sociales, al identificar medios y herramientas más efectivos para la comunidad de recolectores.
Entre las lecciones que deja la práctica de la economía circular, Alejandra señala cuatro, comenzando con la importancia de la apertura a la comunidad para compartir los proyectos que se tiene previsto realizar; el reconocimiento de las necesidades de los grupos de interés, para tomar las decisiones; el establecimiento de alianzas con grupos de interés (recolectores, consumidores, industria) y el trabajo con enfoque multidisciplinario, articulando las iniciativas con las áreas de la compañía, para que cada una aporte su conocimiento y experiencia.
Antes de finalizar, Agustín se refirió a las novedades que presentará Cervepar en los próximos meses. “Como parte de nuestro compromiso al 2025, estamos proyectando un esquema de captura que nos permita ampliar el porcentaje de colecta de vidrio, proveniente de la comunidad, y mejorar las condiciones económicas y de gestión de los recolectores involucrados.
La demanda de vidrio va a seguir siendo grande por parte de nuestras industrias, por tanto, consideramos que optimizando los procesos de gestión de ese insumo podremos cumplir con esta demanda”.