Las perspectivas económicas para el año entrante son alentadoras. Sin embargo, para que exista un crecimiento sostenible, Paraguay deberá trabajar en una estrategia que le permita superar los obstáculos que impiden aumentar la inversión público-privada e incrementar su competitividad. Así lo resaltó Dominica Zavala, miembro del directorio de la AFD, quien analizó el escenario económico nacional y regional, así como sus desafíos.
Para el 2024, se espera un contexto económico internacional aun desafiante. Para la región, según datos proveídos por Cepal, habría un leve descenso en la tasa de crecimiento que llevaría al producto interno bruto regional a aumentar un 1,5%.
Si bien la economía mundial tendrá un desempeño mejor que las expectativas iniciales, los países desarrollados seguirán con sus políticas monetarias contractivas y no se espera una baja significativa en las tasas de interés en el corto plazo. Además, se prevé que las economías de la región mantengan este año y el próximo, bajos niveles de crecimiento, afectadas por un panorama económico mundial complejo.
Dentro de este contexto regional, Paraguay continúa siendo uno de los países con mejor desempeño y crecimiento de la región, con una expectativa de un incremento del PIB entre el 3.7 y 4% para el 2024.
Al respecto, Dominica Zavala, miembro del directorio de la AFD, indicó que “el país presenta perspectivas sólidas de crecimiento comparado a sus pares regionales. Esto se debe a las inversiones privadas en sectores claves y a los avances registrados en los proyectos emblemas del Estado”. De allí que el desempeño en materia de vivienda, el sector forestal y agroindustrial serán clave para mantener buenas perspectivas.
Shocks externos. Paraguay logró controlar la inflación, y mantener un marco fiscal relativamente sólido, pese a los shocks externos. Y lo ha hecho con niveles de deuda moderados y uno de los déficits públicos más bajos de la región latinoamericana.
“Los próximos 5 años serán claves para avanzar hacia reformas aún más complejas, enfocadas a mejoras de la productividad. Para lograr un crecimiento sostenible, el país deberá superar los obstáculos que impiden aumentar la inversión privada en infraestructura clave y avanzar con las reformas que refuercen la competitividad del Paraguay”, reflexionó Dominica.
Aseguró que será una tarea desafiante, más aún con un reducido espacio fiscal, que limita la inversión pública. “Por esta razón, el avance de las APPs (Alianza Público Privada), en formato de iniciativas privada, serán claves. La inversión en infraestructura es especialmente necesaria dada la geografía del país, y podría abrir oportunidades de mayor crecimiento”, puntualizó.
Los desafíos son los mismos. Si bien es cierto que la economía paraguaya se mostró resistente y resiliente ante los recientes shocks externos, que las respuestas de sus políticas macroeconómicas fueron eficaces y adecuadas y que la importante disminución de los ingresos de exportación -causada por la sequía de 2022- se superó con éxito gracias a la capacidad del sector privado para movilizar recursos, el país se encuentra dentro de una coyuntura crítica, en la precisa apoyar la creciente diversificación económica.
“Un punto crítico, son los desafíos de calidad del capital humano. Por otro lado, su alta vulnerabilidad al cambio climático requiere una atención especial”, advirtió Dominica. Sobre este último punto, agregó que, en el futuro, se prevé que los fenómenos meteorológicos sean más frecuentes e intensos.
“Para lidiar con estos shocks, se requieren cambios estructurales importantes para aumentar la productividad y la resiliencia. Es por eso, que la agenda del presidente Santiago Peña está orientada a reforzar la efectividad de la gobernanza. Las inversiones de capital humano e infraestructuras, especialmente para adaptarse al cambio climático, son absolutamente críticas”, enfatizó.
A continuación, dijo que para financiar estas y otras inversiones, Paraguay necesita generar más ingresos internos de manera justa y eficiente, mejorar la calidad del gasto público y atraer más inversión privada.
Conflictos bélicos.Las repercusiones económicas de la invasión rusa a Ucrania han afectado significativamente a América Latina y Paraguay no es la excepción. Las cadenas de suministro en mercados de materias primas (especialmente alimentos, fertilizantes y energía) fueron alteradas, afectando a los volúmenes y precios de productos relevantes para el comercio internacional.
“La mayor incertidumbre económica mundial provoca una huida hacia activos seguros, cambiando la dirección de los flujos de capital y ejerciendo presión sobre los tipos de cambio de los países emergentes, fortaleciendo en especial al dólar americano. El incremento de la inflación obligó a la mayoría de los bancos centrales en el mundo a subir las tasas de interés, encareciendo el costo de capital global”, explicó.
En ambos conflictos, la dirección del impacto económico es la misma -petróleo más caro, mayor inflación y crecimiento más lento- pero la magnitud es diferente. Cuanto más se extienda el conflicto, más global será su impacto en lugar de regional.
“La economía mundial continua vulnerable, ya que no se recuperó del brote de inflación exacerbado por la invasión rusa a Ucrania. Otra guerra en una región productora de energía podría reavivar la inflación global”, anticipó.
Rol de la AFD. Ante las necesidades crecientes de financiamiento para infraestructuras, es importante la estrategia de la banca pública de desarrollo. “AFD es la única banca pública de segundo piso y tiene como misión impulsar el desarrollo económico y la generación de empleo a través de la canalización de recursos financieros y la provisión de servicios especializados”, sostuvo Dominica.
En este sentido, mencionó que la institución enfrenta varios desafíos comunes a muchos bancos de desarrollo de la región que asumen el compromiso de continuar creciendo y evolucionando para las necesidades de hoy y del mañana, tanto con recursos técnicos como financieros.
En primer lugar, Dominica mencionó los fondos limitados. Reveló que la disponibilidad de fondos limitados puede restringir la capacidad de la agencia para financiar proyectos de desarrollo a gran escala. Segundo, señaló la necesidad de una eficiente colaboración con el sector privado. Trabajar en estrecha colaboración con el sector privado en iniciativas de desarrollo es clave al desarrollar productos financieros que busquen resolver fallas de mercado en temas de financiamiento de largo plazo. “El desarrollo de capacidades técnicas para acompañar la creciente demanda de los sectores es un factor clave”, acotó.
En tal sentido, expresó que es clave desarrollar las capacidades locales en materia de eficiencia energética para incrementar la productividad sectorial y también fomentar los vehículos financieros que profundicen las inversiones en infraestructura logística, apoyando al crecimiento de sectores “champions”. “Esto es crucial para garantizar el desarrollo sostenible a largo plazo”, apuntó.
Finalmente, dijo que las políticas emblemáticas de este gobierno requerirán de una AFD fortalecida y ágil. Esto es fundamental a la hora de diseñar y ejecutar el financiamiento de una política de vivienda social disruptiva y apoyar activamente los esfuerzos de diversificación económica del país.