El fervor alrededor de la inteligencia artificial generativa contagia a los inversores. El fenómeno viral que ha generado en apenas medio año el robot conversacional ChatGPT de OpenAI se ha traducido en una vertiginosa carrera entre los gigantes tecnológicos y ha situado en el punto de mira a las start up, en su mayoría estadounidenses, que trabajan en este campo.
En un momento marcado por la dificultad de los emprendedores para captar financiación del capital riesgo, por la caída de las valoraciones de muchas empresas emergentes y los planes de recortes de costes, el sector de la inteligencia artificial generativa es como un oasis en medio del desierto.
Según el ránking elaborado por CB Insights, este incipiente sector tecnológico ha dado a luz a trece unicornios, como se conoce a las compañías que alcanzan una valoración de, al menos, USD 1.000 millones. La mayoría de ellos han alcanzado este estatus en los últimos doce meses, lo que da una idea de cómo el entusiasmo inversor ha ido parejo al desarrollo de herramientas, lideradas por ChatGPT, que han acercado al gran público esta tecnología capaz de crear contenido original.
Según datos de Dealroom, las empresas emergentes de inteligencia artificial generativa captaron el año pasado USD1.500 millones, lo que supone multiplicar por siete la cantidad recaudada el año previo. La valoración agregada de este grupo de unicornios se disparó un 64% interanual hasta un total de USD 21.000 millones.
El interés inversor que se empezó a vislumbrar el año pasado se está acelerando en un momento caracterizado por las elevadas expectativas alrededor de una tecnología revolucionaria pero no exenta de riesgos. En Pitchbook confirman que, a pesar de la creciente presión sobre el capital riesgo en un entorno económico difícil, el dinero sigue fluyendo a las empresas de inteligencia artificial generativa”. Según datos de esta compañía, durante el primer trimestre del año se cerraron acuerdos de inversión en este tipo de start up por un total de USD12.380 millones.
La cifra incluye la gran operación del año: la inversión de USD 10.000 millones de Microsoft en OpenAI, la gran estrella emergente de la inteligencia artificial generativa y creadora del modelo de lenguaje natural detrás del robot conversacional ChatGPT.
La compañía californiana dirigida por Sam Altman ha disparado su valoración desde que se convirtió en unicornio en 201. Ahora mismo, es la start up de inteligencia artificial generativa más valiosa, con un valor estimado de USD 29.000 millones, según el ránking de CB Insights.
Fiebre del oro
La sensación que se vive en Silicon Valley es la de la fiebre del oro: nadie quiere dejar pasar la oportunidad de entrar en un negocio emergente que puede alumbrar empresas de éxito con las que se puedan obtener cuantiosas plusvalía.
Los inversores han pasado de no prestar atención a las pocas start up que trabajaban en modelos de lenguaje natural hace unos pocos años a buscar activamente oportunidades de inversión ante el entusiasmo colectivo y la percepción de que estamos ante una tecnología revolucionaria que puede suponer un punto de inflexión en la industria.