La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), con el objetivo de impulsar una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
El estudio ‘Un modelo energético sostenible para España en 2050’ propone un conjunto de recomendaciones de política energética para direccionar el modelo energético hacia la descarbonización.
Para la definición de objetivos y política fiscal se recomienda:
  1. Determinar los objetivos vinculantes para todos los sectores de cara a 2030 y 2050. Es necesario establecer objetivos vinculantes de descarbonización para todos los usos energéticos, especialmente aquellos no sujetos actualmente a la normativa sobre derechos de emisión. Los objetivos tienen que ser equitativos entre sectores, han de considerar el esfuerzo realizado y el potencial económico.
  2. Introducir una regulación específica para desarrollar una señal de precio efectiva del coste de las emisiones. Esto podría realizarse mediante un impuesto aplicado a los sectores no sujetos al comercio de derechos de emisión. Además, establecer un impuesto o un sueldo al precio del CO2 serviría para dar una señal económica clara hacia la reducción de emisiones y recaudar fondos para contribuir al I+D.
Para el sector del transporte se recomienda:
Volvo solo fabricará coches eléctricos en 2030 y los venderá únicamente por internet (Photo by Tolga Akmen / AFP)
1. Fomentar la movilidad sostenible en el transporte privado por carretera (vehículo eléctrico/híbrido y postes de recarga). Hay que desarrollar una infraestructura de recarga en las zonas urbanas. También hay que establecer paquetes de estímulo integrales a la demanda de movilidad eléctrica que contemplen la adquisición de vehículos e instalaciones de recarga de acceso restringido para los ciudadanos que no dispongan de plazas de garaje. Además, hay que desarrollar una estrategia industrial y de inversiones en I+D+i para el desarrollo de baterías y motores eléctricos con el fin de capitalizar los beneficios. Finalmente, habría que establecer una serie de medidas para reducir el tráfico de vehículos convencionales en las ciudades para reducir la contaminación.
2. Fomentar el cambio modal a ferrocarril del transporte pesado. Desarrollar una estrategia de infraestructuras logísticas que permita la descarbonización del sector del transporte pesado. Además, realizar un esfuerzo de inversión plurianual y sostenido de las Administraciones Públicas para el desarrollo de las infraestructuras básicas enfocadas al cambio modal a ferrocarril del transporte pesado.
3. Promover el gas natural vehicular como herramienta de transición en el transporte pesado por carretera. Desarrollar una estrategia de desarrollo e implantación del GNV como tecnología para el transporte pesado conjuntamente con los fabricantes de vehículos, los agentes constructores y los explotadores de las infraestructuras de recarga. También, desarrollar los mecanismos y la regulación que incentiven la construcción de la infraestructura de repostaje.
4. Desarrollar un transporte marítimo sostenible, fomentando el uso de gas natural y desarrollando puertos verdes. Fomentar la inversión en sistemas que reduzcan las emisiones GEI de los puertos. Además, hay que incentivar las inversiones para el empleo de gas natural en transporte marítimo mediante subvenciones.
Para el sector residencial, servicios e industria recomiendan:
1. Promover la reducción de emisiones del sector residencial. Definir un plan de rehabilitación de edificios existentes acompañado de un sistema de ayudas para la ejecución de inversiones. Además de aplicar requisitos máximos de consumo energético o mínimos de eficiencia energética en edificios. Asimismo, asegurar que la tarifa eléctrica sea una señal de precio que recoja los costes reales del suministro, eliminando aquellos sobrecostes derivados de las políticas que distorsionen la señal de precio.
2. Promover la reducción de emisiones del sector servicios. Definir un plan de acción coordinado a largo plazo, con estrategias específicas para cada uno de los segmentos del sector terciario. Además de crear incentivos para inversiones o facilitar el acceso a la financiación necesaria para proyectos atractivos con periodos de retorno medio-largo.
3. Fomentar el cambio de vector energético y la eficiencia energética en la industria. Analizar el impacto de la transición del modelo energético para la industria, prestando especial atención a los riesgos de deslocalización. También, establecer unos mecanismos de financiación, ventajas fiscales u otros instrumentos de apoyo con el fin de reducir las actuales dificultades para realizar estas inversiones a las que se exige periodos más cortos de recuperación de las inversiones o rentabilidades más altas.
Para el sector eléctrico se recomienda:
Foto: Ande.
1. Establecer un marco para la instalación de la capacidad necesaria (renovable y respaldo).Desarrollar una planificación de la capacidad de generación renovable necesaria en el medio-largo plazo. Además, minimizar el sobrecoste para el ciudadano, para lo que será fundamental apostar por la instalación de tecnologías de generación con una mayor madurez y un menor coste total.
2. Aprovechar la capacidad de generación de respaldo ya instalada. Mantener la generación de respaldo mientras se desarrolla una tecnología de almacenamiento viable técnica y económicamente. Por otro lado, no hay que incentivar nuevas inversiones en capacidad de respaldo que en un futuro puedan ser infrautilizadas o inversiones tecnológicas poco maduras, permitiendo la libre decisión privada relativa al mantenimiento en operación de la generación térmica ya instalada.
3. Extender la autorización de operación de las centrales nucleares hasta los 60 años. Asegurar un proceso de toma de decisión basado en la normativa aplicable liderado por el Consejo de Seguridad Nuclear.
4. Incentivar las inversiones necesarias en redes. Definir el rol de los distribuidores eléctricos en el desarrollo del vehículo eléctrico y en la integración de energías renovables distribuidas, de forma que se incentive la innovación, la automatización de la red y se minimicen las inversiones necesarias en la red.
5. Convertir la tarifa eléctrica en una señal de precio eficiente. Para cumplir esta clave hay que eliminar de la tarifa eléctrica aquellos sobre costes derivados de las políticas energéticas que distorsionen la señal de precio de la electricidad, realizando una asignación de dichos costes entre los diferentes usos energéticos.
Fuente: Deloitte www2.deloitte.com