Por Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro-MBA.
La planificación estratégica se constituye en una de las herramientas primarias que permite ir midiendo el proceso de evaluación de las tendencias de los rubros explotados por las empresas, dando posibilidad a realizar comparaciones acerca del comportamiento en años anteriores vs. lo planeado inicialmente, que nos permitan realizar ajustes/correcciones que sean necesarios, orientados a la buena marcha de la gestión económica-financiera del negocio.
A través de esta herramienta, los directivos de las compañías pueden determinar cómo se está moviendo la competencia, cuales son los productos y servicios que oferta al mercado, dándoles la posibilidad potencial de hacer benchmarks, pues copiar lo bueno no está prohibido.
Una buena planeación estratégica incluye el comportamiento y evolución de las tendencias tecnológicas a nivel regional y como se los puede aplicar dentro de la gestión de la organización para que las actividades sigan apuntando a ser rentables y competitivas.
Una empresa bien estructurada y organizada, cuenta con una visión definida además de objetivos de corto, mediano y largo plazo que pretenden ir alcanzando, constituido en una de las herramientas primarias que permiten ir diseñando en función a las características de la organización, su posicionamiento actual dentro del mercado tomando en cuenta las tendencias y gustos de los consumidores.
Debe incorporar dentro de su contexto un plan que satisfaga las necesidades de información de los clientes además de toda la estructura organizacional de la compañía. No debe dejar de considerar las principales fortalezas de la organización como también las áreas críticas de riesgos a las cuales deberían de focalizarse los esfuerzos para poder ir cumpliendo con los objetivos y metas trazados.
Se constituye en una herramienta que permite a la empresa minimizar los riesgos, logrando una mejor optimización de los recursos, buscando que su estructura global pueda ser lo más flexible posible, adaptándose a las necesidades primarias del mercado, reduciendo las repeticiones indebidas que pudieran darse.
El Plan Estratégico Institucional elaborado cada año sirve de base para la estructuración de uno actualizado, haciéndose necesario que durante su vigencia se vaya haciendo un seguimiento/monitoreo estrecho de lo planeado inicialmente vs. los niveles de cumplimiento y/o desviaciones que se puedan suscitar por el camino, para poder corregirlos en tiempo y forma.
Permiten adquirir mayor experiencia dentro de los rubros explotados, pues son estructurados tomando en consideración a la competencia, dado que lo que busca es el mejoramiento continuo de la imagen corporativa y la percepción que puedan tener los clientes acerca de nuestra empresa.
Genera credibilidad y alienta el trabajo en equipo de los gerentes y supervisores, permitiendo definir más acertadamente si están yendo por buen camino o hay factores que merecen ser corregidos.
A través de estos planes podremos lograr una mejor ligazón entre la estrategia tecnológica, de la información y los planes de negocios que son trazados año a año para que la gestión de nuestra organización pueda ir fortaleciéndose, dentro de un mercado aun estrecho como el nuestro pero donde la competencia se muestra cada vez más dinámica.
Una buena planeación no debería dejar flancos abiertos, pues las imprecisiones que se pudieran dar dentro del proceso de elaboración podrían conducir a la compañía a pérdida de competitividad e incertidumbres traduciéndose al final en una actitud más reactiva que proactiva.
No es estática, sino dinámica, por lo que amerita se lo vaya monitoreando en todos sus componentes durante su periodo de vigencia.