Christian Kennedy
Director de London Import
El mundo cada vez está más parecido a un juego. Transformar algo cotidiano en cosas que podemos ver en juegos, eso es la gamificación.
La gamificación puede transformar lo tedioso en experiencias motivadoras, modificando nuestra percepción y motivación.
Nike ha desarrollado Nike+ para formar esta comunidad competitiva y colaborativa. Según MarketsAndMarkets es un negocio que crece 27% globalmente de manera anual y valorado en miles de millones dólares.
En nuestra vida podría verse así: En tu círculo cuántos pasos das por día según tu app, ver amigos avanzar en Duolingo te motiva a no dejar pasar tu lección, tomar a la misma cafetería podría ser incentivado por un sistema de recompensas de consumidor frecuente.
Comunidad, metas, recompensas, son algunos de los componentes de la gamificación. ¿Quién participaría de un juego sin objetivos, reglas o recompensas?
En nuestras empresas ya tenemos varios de los componentes necesarios para la gamificación. Tenemos metas, reglas, equipo, y muchas veces hasta recompensas. ¿Qué nos falta entonces?
Para ser atractivo, algo debe captar nuestra atención e inspirar la curiosidad e imaginación de las posibilidades que tenemos frente a nosotros. Falta un sistema que destaque logros visibles y motive continuamente, con un tablero de puntos y recompensas diversas, no siempre económicas.
Es cierto, no todos quieren ser parte de la gamificación. Puede dejarlos en evidencia sobre su desempeño inferior al resto, para esto hay que buscar los motivadores adecuados. Es también, sin lugar a dudas, un filtro de desempeño. La gamificación busca impulsar la actitud ganadora en personas ganadoras para equipos ganadores.
Lo que nos enseñan los juegos.
Lo vemos desde que somos niños. Probando, curioseando, jugando, experimentando, compitiendo, desafiándonos, sea solos o contra otros. Esto se extiende realmente a toda la vida.
En cualquier juego sea de mesa o de consola, hemos aprendido que se comienza desde abajo y que tenemos que escalar gradualmente, superando desafíos, aprendiendo estrategias, sumando habilidades que nos sean útiles para cada situación.
Puntos que son parte de la gamificación y que son aplicables en el día a día.
1. Atención al detalle y observación. Ser conscientes de lo necesario para alcanzar el objetivo.
2. Resolución de problemas complejos. Identificar y resolver desafíos de manera efectiva.
3. Aprendizaje rápido y adaptabilidad. Aprendemos de resultados y adaptarnos a cambios necesarios.
4. Desarrollo de hábitos y habilidades. Integrar y repetir lo aprendido hasta que sea parte de nuestro ser.
5. Trabajo en equipo. Reconocer nuestras fortalezas y debilidades, para saber en qué podemos colaborar para ser mejores.
6. Gestión del fracaso. Aceptar el fracaso parte del desarrollo, perseverar en búsqueda del objetivo.
7. Recompensa por logros. Cuando todo esté dicho y hecho, lograr distintos objetivos nos lleva a diversas recompensas.
Algunos juegos que nos enseñaron elementos útiles para nuestra vida profesional sin saberlo pudieron ser, por ejemplo: Pac-Man, donde teníamos que sobrevivir y manejar escasos recursos en ambientes cada vez más complejos; o Civilization y Starcraft, donde se fomentaba además estrategia de desarrollo pensando en el largo plazo; y por qué no World of Warcraft o Fortnite, que nos enseñan a desarrollar a nuestro personaje, colaborar y desarrollar liderazgo en ambientes competitivos.
Cambiemos la perspectiva de lo cotidiano. Incorporar la gamificación en ambientes profesionales puede ser un poderoso motor para el aprendizaje y el desarrollo, alineando elementos del juego a nuestras necesidades varias como, por ejemplo, las indica la pirámide de Maslow, desde necesidades básicas hasta autorrealización.
“Las cosas no nos afectan, sino nuestra opinión sobre ellas”. Epicteto.