Aaron Frank es un académico e investigador, además de escritor y consultor en temas de tecnología. Trabaja hace más de una década en Silicon Valley, enseña en la Singularity University y recientemente estuvo en Paraguay, como disertante de Exponential Paraguay Conference: “Transformando mentes, creando futuro”, un evento organizado por itti.
La humanidad ha visto más avances en ciencia y tecnología en los últimos 40 años que en los 4.000 anteriores. En la última generación hemos descubierto el papel que desempeña el crecimiento exponencial a la hora de impulsar el progreso. Estamos logrando importantes avances en tecnologías informáticas, infraestructuras de comunicación, inteligencia artificial, biotecnología y más.
Herramientas que solo estaban disponibles para los laboratorios de investigación más ricos se están democratizando de modo que pequeños equipos de todo el mundo ahora pueden lograr lo que solo los gobiernos y las corporaciones podían hacer hace apenas 15 años. Nuestra comprensión del pasado ya no es suficiente para informarnos hacia donde dirigirnos como especie.
En este exclusivo mano a mano, conversamos con Aaron Frank, MBA de la Universidad de Oxford, licenciado en Comunicación y Filosofía de la Universidad de Maryland, quien visitó Paraguay en el marco de la conferencia “Transformando mentes, creando futuro” y le consultamos respecto a la educación, la curiosidad, el cambio de los tiempos y cómo adaptarnos al inevitable avance de la tecnología.
¿Cuál es su visión sobre Paraguay y su incursión en tecnología?
Creo que lo que encontramos, ya con algunos de los paraguayos que vinieron a estudiar en nuestro programa en California, es que hay una sed real, de implementar los tipos de tecnologías e innovación en el país. Es bastante evidente, pero también me ha impresionado mucho el tipo de mentalidad y la capacidad tecnológica existente que ya están aquí y que se pueden aprovechar.
¿Algo que desconocía de Paraguay y que le haya sorprendido?
Creo que hay algo, por ejemplo, que yo, no sabía antes de venir aquí; lo de la producción de energía. No sabía que Paraguay era un enorme exportador de energía y que existe una oportunidad real de hacerlo masivo. Es decir, aprovechar estos activos y recursos que el país tiene para, cosas como la inteligencia artificial y estos centros de datos que consumen mucha energía.
La forma en que usamos estas tecnologías puede manifestarse de maneras muy diferentes. Creo que el deseo de pensar de una manera innovadora para traer este tipo de tecnologías al país es realmente impresionante y una gran plataforma para construir el futuro
El Gobierno estará muy de acuerdo con usted, pero planteo un escenario sobre educación. Yuval Noah Harari dijo que no se puede imaginar aún que es lo que necesitarán los niños de hoy, dentro de 20 años. ¿Qué les enseñamos? ¿Qué hacemos con la educación?
Creo que la velocidad del cambio que estamos viendo en las tecnologías significa que estamos en cierto modo en este entorno extraño en el que intentamos entrenar a los niños para un entorno que aún no existe y ni siquiera estamos del todo seguros de cómo será ese entorno. Entonces, aquí es donde, junto con las habilidades duras, creo que seguirán siendo valiosas cosas como; matemáticas, ciencias, ingeniería, etc.
Comprender la informática en lugar de aprender a codificar, ese tipos de cosas. Es como si uno estuviera aprendiendo a aprender el tipo de lógica y ciencia subyacentes detrás de ser arquitecto, versus ser trabajador de la construcción.
Por eso creo que siempre habrá valor para este tipo de habilidades duras. Pero junto con eso, creo que realmente deberíamos diseñar un sistema educativo en un mundo que en cierto modo saque a relucir cualidades, como la curiosidad y la mentalidad abierta. Que los niños exploren lo que les resulta intrigante o interesante.
¿Cómo explicamos los cambios tan radicales a nivel tecnológico?
Experimenté esto en mi propia infancia. Mis padres estaban horrorizados por el tipo de cosas que me encontraron haciendo o en las que pasaba mi tiempo. Pensaron que era una pérdida de tiempo. No podían entender. Primero estar con mis amigos jugando videojuegos, en lugar de salir a jugar a la calle. O cuando aparecieron los mensajes de texto, ellos dijeron, “¿por qué les envías mensajes de texto a tus amigos cuando puedes simplemente levantar tu teléfono y llamarlos?”.
Simplemente no era algo que ellos entendieran. Pero ahora enviar mensajes de texto es como parte del tejido de la sociedad. Así que creo que, como adultos, tendemos a tomar nuestros modelos mentales y aplicarlos a la próxima generación y, en cierto modo, dictarlos. Qué deberían hacer, qué deberían aprender.
¿Qué deberíamos hacer distinto?
Lo que creo que realmente necesitamos es fomentar una especie de sentimiento de explorar los problemas y abordarlos desde un lugar de curiosidad. Porque, francamente, nadie, ni siquiera los adultos, pueden realmente decirles a los niños cómo será el futuro, qué habilidades necesitan desarrollar ahora.
Lo que deberíamos fomentar es esta capacidad. Y el deseo de querer seguir aprendiendo, de involucrarse en entornos complejos que requerirán este aprendizaje continuo durante toda su vida. Entonces, si podemos inculcar una pasión por el aprendizaje, creo que es un objetivo mucho mejor que decir; “esta es una lista de las cosas que creemos que deberían aprender”.