En una entrevista exclusiva para Foco, nos sumergimos en el mundo del liderazgo de la mano de Mauricio Ramos, el CEO de Millicom. Desde sus humildes inicios como banquero de inversión hasta su ascenso a la cima del mundo empresarial, Ramos desvela los tres pilares fundamentales que habría deseado conocer en sus días de juventud, cuando apenas comenzaba su viaje hacia el liderazgo.
A través de sus palabras, descubrimos la importancia vital de las habilidades blandas sobre las duras, la influencia del estado de ánimo del líder en su entorno y la crucial necesidad de delegar responsabilidades sabiamente.
En una sociedad donde el liderazgo se erige como la piedra angular del éxito empresarial, adentrarse en la mente de los líderes excepcionales puede arrojar luz sobre los secretos detrás de sus triunfos. Mauricio Ramos, el visionario CEO de Millicom, emerge como uno de esos líderes, cuya sabiduría y experiencia son un faro para quienes anhelan seguir sus pasos.
Ramos, con su serenidad característica, nos recibió en las nuevas oficinas de Tigo ubicadas en el Paseo os Árboles, sus ojos reflejan la calma de quien ha navegado por tormentas empresariales y ha emergido victorioso. Con una sonrisa acogedora, nos invita a adentrarnos en su universo de liderazgo.
“Siempre se trata de las personas”, declara Ramos, mientras nos sumerge en la esencia misma del liderazgo efectivo. Con una elocuencia que denota años de experiencia, explica cómo las habilidades duras, si bien son importantes, palidecen en comparación con las habilidades blandas, que son las que realmente marcan la diferencia en el éxito de un líder. Desde la empatía hasta la capacidad de comunicación, Ramos subraya la necesidad de cultivar estas cualidades para alcanzar la excelencia en el liderazgo.
Pero la travesía hacia el liderazgo supremo está pavimentada de desafíos y aprendizajes. Ramos no duda en compartir los dos errores comunes que todo líder debe evitar a toda costa. “Cuando un líder entra en una habitación, su estado de ánimo influye en todo el entorno”, advierte con seriedad. Nos recuerda así la importancia de mantener una actitud positiva y contagiosa, capaz de infundir esperanza y motivación a cada equipo.
Además, destaca la necesidad de delegar responsabilidades, reservando su propio tiempo para aspectos críticos como la estrategia y la comunicación, elementos que considera fundamentales y que perduran en la historia organizacional. “El líder debe aprender a confiar en su equipo y delegar con sabiduría”, insiste. “La estrategia y la comunicación son las columnas que sostienen la estructura de su liderazgo, aquellas que la historia recordará. Todo lo demás debe ser confiado a manos capaces”, concluye con determinación.
En un mundo donde la competencia es feroz y el panorama empresarial está en constante cambio, las palabras de Mauricio Ramos resuenan como un faro de orientación para aquellos que se embarcan en el desafiante viaje hacia el liderazgo.
Su perspectiva enriquecedora y su trayectoria ejemplar nos recuerdan que el verdadero éxito radica en el cuidado de las personas y en la capacidad de trascender a través de la comunicación efectiva y la colaboración estratégica.