Silvia Morimoto, Representante Residente de PNUD Paraguay
Cada 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer,una fecha que las Naciones Unidas celebran desde 1975 reconociendo la lucha de las mujeres obreras que levantaron su voz en todo el mundo exigiendo mismas condiciones de trabajo que sus pares hombres. Esta lucha es una historia de progreso, que encuentra sin embargo obstáculos y amenazas a su paso.
Las mujeres paraguayas no estuvieron ajenas a estas reivindicaciones. Algunas recopilaciones revelan que las vendedoras del Mercado Central formaron un sindicato en 1918, y ese mismo año realizaron una protesta por la prohibición de cocinar en el área. También en 1925 las docentes realizaron una renuncia colectiva a sus cargos por el incumplimiento de acuerdos que les garantizaban aumentos salariales. Estos eventos son una pequeña muestra de la valentía de las mujeres y su lucha en todo el mundo por lograr la equidad.
Esta disparidad en los derechos tiene un profundo impacto en el desarrollo de los países y, asimismo, de sus economías. Por ello, invertir en la equidad, además de ser lo correcto, es una apuesta financiera positiva.
Apoyar que las mujeres ingresen a los mercados laborales formales hace crecer economías, aumenta ingresos fiscales, amplía oportunidades para todos, aumenta la productividad y la diversificación económica. Estudios demostraron que aumentar las tasas de empleo femenino en países de la OCDE podría aumentar el PIB en más de USD 6 billones. Se encontró también que las empresas de mujeres o dirigidas por mujeres producen 78 centavos por cada dólar invertido, superando en muchos casos emprendimientos masculinos. Asimismo, se estima que las brechas de género le cuestan a la economía alrededor del 15 por ciento del PIB.
Desde el PNUD, con el objetivo de aportar a una equidad que impulse el desarrollo del país en todos sus ámbitos, apoyamos a nuestras contrapartes nacionales en el desarrollo y aplicación de marcos jurídicos y normativos necesarios en la lucha contra la violencia de género, buscando mejorar el acceso a la justicia para las sobrevivientes y poner fin a la impunidad, proporcionando apoyo y servicios. Estas contrapartes incluyen instituciones públicas, grupos de mujeres, organizaciones de la sociedad civil, líderes tradicionales, empresariales y comunitarias.
Por otro lado, una iniciativa que impulsamos es el Sello de Igualdad de Género, pensado para instituciones públicas que acompaña la generación de cambios que aseguran el compromiso real de instituciones, y próximamente lo extenderemos al sector privado, implementando políticas y procedimientos para un ambiente seguro e igualdad de oportunidades para todos. Nuestra oficina país del PNUD cuenta con dicho Sello, en la Categoría Oro.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, reconozcamos los avances logrados, así como las brechas que aún existen para la equidad. Mejorando la inversión en las mujeres podemos mejorar las condiciones para todos y todas.