Latinoamérica se encamina hacia un año de desaceleración inflacionaria, según proyecciones de bancos centrales y consultoras. Tras enfrentar sobresaltos inflacionarios en 2021 y 2022 debido a los efectos de las cuarentenas, la mayoría de los países ha logrado converger hacia cifras más razonables.
Sin embargo, un análisis detenido revela un escenario divergente: mientras Brasil anticipa una inflación anual del 3,86% para el cierre de 2024, Argentina podría mantener un índice superior al 200% a finales del año. ¿Cómo se posicionan las principales economías latinoamericanas en este panorama?
Las proyecciones de los bancos centrales de la región, destacando la notable variación entre las economías muestra a Brasil, con una inflación con tendencia a la baja, pronosticándose un 3,86% para diciembre de 2024, mientras que Argentina enfrenta el desafío de sostener un índice superior al 200%.
En diciembre de 2023, Argentina tuvo una inflación del 211,4% y se ubicó como el país con la peor inflación del mundo y el único con un índice de precios al consumidor superior al 200%. Por el momento, para 2024 no se prevé aún un panorama mucho mejor. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central de la República Argentina espera que la inflación en diciembre de 2024 viaje al 213% interanual.
Estas disparidades plantean interrogantes sobre la estabilidad económica en la región y sus posibles implicaciones para el crecimiento y desarrollo a lo largo del año que recién comienza.