Alexandra Cortese
MSc. en Comunicación Corporativa y Manejo de Reputación
Arrancamos el mes en el que a través de regalos, eventos y agasajos buscamos agradecer a nuestra familia, colaboradores, clientes y quienes forman parte de nuestras vidas. Navidad es un tiempo de dar, pero también de reflexión y por eso, esta nota casi filosófica se basa en la importancia de la gratitud; la que es expresada a otros y la que nosotros mismos sentimos.
Hay varias formas de agradecer; las personas más creyentes agradecen a Dios o a la Virgen, esto es notable por los miles de peregrinantes a Caacupé año tras año; otras personas agradecen a otros dioses o incluso a personas. El punto es que, no importa a quien agradezcamos y más allá de ser una práctica romántica, agradecer es algo que nos conviene hacer.
Practicar gratitud nos beneficia en nuestra salud mental y física; estudios demuestran que puede reducir drásticamente los niveles de estrés y ansiedad e incluso mejorar la calidad del sueño. Asimismo, un estudio publicado en el 2021 nos muestra que escribir un diario de gratitud puede provocar una caída significativa de la presión arterial diastólica, mejorando así la salud de este órgano vital.
Ser agradecidos trae beneficios no solo para nuestra salud sino también para nuestros negocios y varias empresas ya han incorporado este valor a sus culturas. Por ejemplo, en la empresa Blueprint Investments, se realiza una reunión de equipo de forma semanal y cada miembro comparte una cosa por la que se siente agradecido. Tommy Mayes, partner de la empresa, sostiene que esta práctica aumenta la inteligencia emocional grupal y la calidad en las relaciones. Asimismo, la Dhiraj Sharma, fundador de Simpplr, comenta que la gratitud y las recompensas son tomadas de forma distinta y que es nuestro deber como líderes entender qué motiva a nuestros colaboradores. Asimismo, hay empresas que basan sus estrategias de marketing alrededor de la gratitud y un ejemplo es Catalyst, quienes consideran que la lealtad de marca se produce cuando una empresa constantemente agradece a las distintas personas con las que interactúa. Estos y otros ejemplos más nos muestran que este sencillo pero poderoso ejercicio puede marcar una diferencia.
Parece fácil pero tomar conciencia de todo lo que tenemos y agradecer, así como expresar gratitud a otras personas es, como mucho en nuestras vidas, un hábito y los hábitos se forman con la práctica. Así que aprovechando que se vienen las resoluciones de fin de año, porque no, agregar ejercicios de gratitud en nuestra lista. Podemos empezar pequeño, incorporando un “gracias” consciente por día o podemos ponernos más ambiciosos y empezar a escribir diariamente por todo lo que agradecemos.
Yo elijo la opción ambiciosa y me valgo de esta ocasión para empezar con el ejercicio y decirte a vos que estas leyendo, ¡gracias por tu tiempo!