El mundo de los eSports ha presenciado una revolución en los últimos años, y en medio de este cambio se encuentran algunas compatriotas, que se destacan en este deporte electrónico que está desafiando estereotipos y abriendo puertas para las mujeres en este ámbito.
Ingrid Luraghi, es una de ellas, con una formación en ingeniería en mecatrónica y software engineering, ha enfrentado desafíos similares en campos tradicionalmente dominados por hombres. Su incursión en el mundo del gaming ha sido un acto de valentía y determinación, donde se ha convertido en un modelo a seguir para muchas mujeres. Hoy es una de las felices ganadoras de la Gamercom Paraguay.
Recientemente, la joven experimentó un hito en su carrera al participar en su primera competición LAN, una final con público en donde la respuesta fue abrumadora, con una asistencia masiva que sorprendió incluso a los organizadores. La transmisión en Twitch de los partidos previos llevó a un récord nacional en la escena femenina, y la final no fue la excepción.
“Esta fue mi primera vez en LAN, jugar una final con público, y la respuesta fue increíble. Rompimos récords nacionales en la escena femenina, lo cual demuestra el crecimiento y la demanda de presencia femenina en los eSports”, compartió entusiasmada.
Su éxito no solo radica en su destreza en el juego, sino en su determinación por inspirar a otras mujeres a seguir sus pasos. “Queremos ser el ejemplo de todas las mujeres y demostrar que sí se puede”, añadió Ingrid, destacando la importancia de derribar barreras y desafiar los límites impuestos por género en este campo.
La deportista se ha convertido en un faro de esperanza y motivación para las mujeres que buscan incursionar en los eSports, alzándose como una figura inspiradora que desafía las normas y marca un nuevo camino hacia la igualdad de género en este emocionante y competitivo mundo digital.
“Es increíble ver cómo cada día nos dicen que somos el ejemplo a seguir para la mayoría de las mujeres. Queremos demostrar que sí se puede”, afirmó.
Ana Burguez es otra destacada deportista y una de las precursoras en Paraguay en incursionar en competiciones de videojuegos y entrenamientos digitales. Su historia comenzó de manera casual, cuando en un cumpleaños observó a uno de sus primos jugando Minecraft, un juego que despertó su curiosidad y la llevó a sumergirse en el mundo de los videojuegos.
A pesar de las limitaciones de hardware, con una computadora que apenas alcanzaba los 5 fps, Burguez se sumergió en el universo de los videojuegos durante años, hasta que pudo adquirir una mejor computadora que le permitió explorar otros juegos, como Valorant.
La competición se convirtió en el motor que impulsó a Burguez. La emoción de demostrar su potencial en torneos fue un cambio significativo en su experiencia de juego. En declaraciones siempre señala que competir no solo la llevó a dar lo mejor de sí misma individualmente, sino que también resaltó la importancia de la sinergia y la conexión en equipo, elementos fundamentales en los juegos en línea.
Ana no solo ha alcanzado logros en el mundo de los videojuegos, sino que también se ha convertido en un referente para las mujeres interesadas en incursionar en esta disciplina. Con entusiasmo, alienta a las mujeres a animarse a participar, destacando las crecientes oportunidades de inclusión y apoyo en el mundo de los videojuegos. Resalta el respaldo que cada vez más juegos y torneos ofrecen al escenario femenino, con la creación de ligas, torneos y eventos especiales para mujeres, en un claro impulso hacia la equidad e igualdad de oportunidades en este ámbito.
Ana es otro ejemplo de perseverancia, pasión y determinación en el mundo de los videojuegos, inspirando a otros a seguir sus pasos y a desafiar los límites en un campo que está en constante evolución y crecimiento.
Ingrid Luraghi, Rosa Alonso, Ana Burguez, Nicole Saldivar, Giovanna Coronel e Isabel Adorno, son algunas de las mujeres que están abriendo el camino para una mayor representación femenina en los eSports, desafiando estereotipos y demostrando que el talento no conoce género.