Edna Armendáriz
Representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Paraguay
La participación laboral de las mujeres, así como su rol en el mercado laboral, ha cambiado significativamente en las últimas décadas. Esto, en gran parte porque hay más graduadas en las universidades. Sin embargo, las brechas salariales persisten.
La economista Claudia Goldin, quien ha ganado el Premio Nobel de Economía este año, ha dedicado su carrera a investigar estas disparidades de género en el mercado laboral. Según sus estudios, las diferencias salariales no se deben a la productividad, sino a desigualdades en las oportunidades laborales, especialmente relacionadas con interrupciones en la carrera, como la maternidad.
Varios autores han analizado la situación laboral de la mujer en América Latina y algunos estudios muestran que las mujeres ganan un 13% menos en comparación a los hombres. Esta disparidad no se atribuye a factores como educación o experiencia laboral; es más, las mujeres suelen tener un nivel educativo más alto. La brecha salarial está asociada, por ejemplo, a las desproporcionadas responsabilidades que recaen sobre las mujeres en el hogar. Este tipo de asociaciones permanecen invisibles en la sociedad junto con los sesgos y la discriminación, contribuyendo a la diferencia salarial.
En el caso específico de Paraguay, las mujeres sufren tres brechas principales en el mercado laboral. Primero, solo el 60% de ellas tienen empleo remunerado en comparación al 84% de los hombres: más de un millón de mujeres podrían trabajar, pero no lo hacen por diversas razones. Segundo, las mujeres ganan 12,7% menos que los hombres por el mismo trabajo: esta diferencia se atribuye en Paraguay a factores como educación, experiencia laboral, sector de actividad y tipo de contrato (informalidad laboral). Por último, las mujeres paraguayas dedican en promedio 27 horas semanales al trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo dedican 10, incluyendo tareas domésticas y de cuidado.
La Encuesta de Uso de Tiempo de 2016 muestra que las mujeres paraguayas reportaron dedicar 61,3% de su tiempo a trabajos no remunerados, mientras que los hombres solo 25,3%. Es así como las tareas domésticas ocuparon 18,3 horas semanales para las mujeres, comparadas con 5,3 horas para los hombres. Además, más de la mitad de las mujeres (57,1%) invierten 12,9 horas semanales en el cuidado de los miembros del hogar, superando al 42,9% de los hombres que solamente dedican 7,5 horas a estas tareas.
Es por eso que, como en muchos países, se puede concluir que la brecha salarial en Paraguay está en buena parte relacionada con las desproporcionadas responsabilidades de las mujeres en el trabajo no remunerado y el cuidado del hogar. Estudios como los de Claudia Goldin subrayan cómo las estructuras laborales y las expectativas sociales contribuyen a estas disparidades. Las respuestas para empezar a cerrar las brechas podrían estar en medidas como la flexibilidad laboral y en el cambio de algunas normas.