Marcelo Codas Frontanilla
Socio del Estudio Codas
Cuando una familia se acerca a un consultor con relación al Protocolo Familiar, hace varias preguntas, pero una de ellas es la que nunca falta: “En cuánto tiempo tendremos el Protocolo?”. La interrogante denota una cierta urgencia en la intención de contar con un Protocolo debido fundamentalmente a la creencia que éste será como una especie de medicamento que una vez consumido contribuirá a sanar una dolencia.
En nuestra opinión, esta cuestión referida al Protocolo no es de las más importantes. Lo fundamental, en nuestra opinión, es que el Protocolo ses una herramienta para que la familia se siente a conversar de temas de los que por lo general no se habla por temor, principalmente, a que su abordaje gene re discusiones. Como dice una familia “hay temas que no se tocan por la paz familiar.
“El protocolo familiar es una reglamentación escrita, lo más completa y detallada posible, suscripta por los miembros de una familia y socios de una empresa, que actúa como un mecanismo preventivo de conflictos”, señala María José Reyes López. Conversando con miembros de empresas familiares que cuentan con el importante instrumento, hay quienes comentan cosas tales como: “Nuestro Protocolo está guardado en un cajón, desde que lo terminamos, nunca más lo vimos ni lo utilizamos”
En estos casos la debilidad no está en el Protocolo mismo, sino en la forma en que se trabajó su elaboración. Sobre el particular, consideramos fundamental entender que el Protocolo, siempre, debe nacer de un proceso. En este sentido, es tan importante la llegada como el viaje. Y esto es así porque es en ese “viaje” cuando la familia conversa de muchos temas de los que “no da gusto hablar”, pero cuyo tratamiento y consideración enriquece a la familia y a la empresa y genera acuerdos que permiten evitar conflictos en el futuro o, si éstos ocurren, contar con un sistema para manejarlos.
Para elaborar el Protocolo es muy importante el involucramiento de toda la familia. Esto implica la participación tanto de aquellos miembros que traba Jan en la empresa como de quienes no. De esta suerte, se garantiza el valor del proceso de elaboración del documenta Las reuniones familiares para la elaboración del Protocolo, en las cuales se intercambian opiniones, se abordan temas que nunca quisieron tocarse por temor a enojos y se logran acuerdos, son fundamentales pues permiten visualizar los aspectos más importantes y enriquecedores en lo que al Protocolo en sí mismo refiere.
Es importante señalar que el éxito del Protocole Familiar radica, fundamentalmente, en lograr que los integrantes de la familia participen de las reuniones de manera activa y aborden los temas con mentalidad abierta. Así, puede contarse con la garantía de arribar a consensos sobre diferentes temas, en beneficio de todas las partes.
El consultor tendrá el rol de facilitador, pero el Protocolo es una obra de la familia. El proceso de elaboración de esa obra asegurará que las y los interesados la valoren más, al apropiarse de ella y sentiría suya.