Paraguay tiene un enorme potencial para crecer en el sector agropecuario, generar empleos, disminuir la pobreza y ser un país reconocido por la producción de alimentos para el mundo. Así lo señaló en exclusiva para FOCO, Agustín Zimmermann, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Paraguay, y Oficial Superior Regional de Asuntos Políticos y de Enlace de la FAO para América Latina y el Caribe
El desafío más grande de los gobiernos en este momento es la seguridad alimentaria. ¿Qué acciones implementa la FAO en favor de las clases más vulnerables?
Los sistemas agroalimentarios siguen siendo muy vulnerables a las crisis y perturbaciones derivadas de los conflictos, la variabilidad del clima y los fenómenos climáticos extremos y la contracción económica.
Esto, precisamente, se menciona en el análisis que se realiza en el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición”, publicado este año por la FAO y otros organismos internacionales, que señala que se prevé que casi 600 millones de personas harán frente al hambre en 2030: 119 millones más que si no hubieran ocurrido ni la pandemia ni el conflicto en Ucrania, y unos 23 millones más que si no se hubiera desatado la guerra.
Creemos que estos factores, combinados con crecientes desigualdades, siguen poniendo a prueba la capacidad de los sistemas agroalimentarios para ofrecer dietas nutritivas, inocuas y asequibles para todos. Esto nos lleva a señalar que no tenemos otra opción más que redoblar nuestros esfuerzos con todos los gobiernos para transformar los sistemas agroalimentarios y aprovecharlos para alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2.
¿Cómo está trabajando la FAO con Paraguay?
La FAO viene trabajando con los gobiernos, como acá en Paraguay, para fortalecer las políticas públicas y los mecanismos e instituciones de gobernanza de los sistemas agroalimentarios. Tenemos un marco de cooperación que está enfocado en esas líneas, porque tiene como focos la reducción de la pobreza rural, el fortalecimiento de la agricultura familiar y la adaptación al cambio climático de la agricultura familiar campesina, aspectos en los que asistimos técnicamente como mandato. Con las nuevas autoridades del Gobierno estamos repasando las áreas de acción, para alinearlas de acuerdo con las prioridades gubernamentales.
Este año, para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación se pondrá especial énfasis en el agua como elemento esencial para la vida en la Tierra y la base de nuestra alimentación. ¿Hay menos agua en el planeta?
El Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora cada 16 de octubre en coincidencia con la fundación de la FAO en 1945, este año tiene como tema el agua. Se ha definido como mensaje principal “El agua es vida. El agua nutre”.
El agua es esencial para la vida en la Tierra. Sin embargo, este preciado recurso no es infinito y debemos dejarlo por sentado. Constituye más del 50 % de nuestro cuerpo y cubre alrededor del 71 % de la superficie del planeta. Solamente el 2,5 % del agua es dulce, apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales. El agua es una fuerza motriz para las personas, las economías y la naturaleza, y conforma la base de nuestra alimentación. De hecho, la agricultura representa el 72 % de las extracciones mundiales de agua dulce, pero como todos los recursos naturales, el agua dulce no es infinita.
¿Cuántas personas no cuentan con acceso al agua potable?
El rápido crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático están poniendo los recursos hídricos del planeta bajo un estrés cada vez mayor. Al mismo tiempo, los recursos de agua dulce por persona han disminuido un 20% en las últimas décadas, y la disponibilidad y la calidad del agua se están deteriorando rápidamente debido a decenios de uso y gestión deficientes, sobreexplotación de aguas subterráneas, contaminación y cambio climático. Corremos el riesgo de sobrecargar este vital recurso hasta un punto de no retorno.
Hoy en día, 2.400 millones de personas viven en países sometidos a estrés hídrico. Muchos de ellas son pequeños agricultores que ya luchan para satisfacer sus necesidades diarias, especialmente las mujeres, los pueblos indígenas, los migrantes y los refugiados. La competencia por este recurso inestimable está aumentando, a medida que la escasez de agua se convierte en una causa de conflicto cada vez mayor.
¿Qué soluciones se pueden plantear para optimizar el uso del agua en la producción de alimentos?
A consideración de la FAO, necesitamos producir más alimentos y otros productos agrícolas esenciales con menos agua, mientras garantizamos que el agua se distribuya equitativamente, que se preserven nuestros sistemas alimentarios acuáticos y no dejar a nadie atrás.
Igualmente, se insta a los gobiernos a diseñar e implementar políticas basadas en la ciencia y la evidencia que aprovechen los datos, a utilizar la innovación y la coordinación intersectorial para planificar y gestionar mejor el agua. Se deben respaldar las políticas con una mayor inversión, legislación, tecnologías y fortalecimiento de las capacidades, mientras se incentiva a los agricultores y al sector privado a que participen en soluciones integradas para un uso más eficiente del agua y para su conservación.
Se debe considerar además otro tema, el de pérdida y desperdicio de alimentos, que también afecta. En todo el mundo, un 14% de los alimentos se pierde entre la cosecha y la distribución; otro 17% se desperdicia en la distribución y entre los consumidores finales. Esto repercute negativamente en la seguridad alimentaria y la nutrición, y contribuye de forma fuerte a las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación del medio ambiente, la degradación de los ecosistemas naturales y la pérdida de biodiversidad. La recuperación y la redistribución pueden ayudar a hacer un buen uso de los excedentes de alimentos y a reducir la inseguridad alimentaria. Además, son beneficiosas para el medio ambiente.
¿Hasta qué punto el aspecto climático incide en la alimentación? ¿Cuánto representa esto a nivel económico?
El cambio climático tiene efectos tanto directos como indirectos en los sistemas agroalimentarios debido a regímenes de precipitaciones y temperaturas cambiantes e impredecibles, una mayor incidencia de fenómenos meteorológicos extremos y catástrofes como sequías e inundaciones y brotes de plagas y enfermedades. La FAO está prestando apoyo a los países tanto en la mitigación del cambio climático, mediante la reducción o prevención de las emisiones de gases de efecto invernadero, como en la adaptación al cambio climático mediante la aplicación en el terreno de un amplio abanico de programas y proyectos.
Paraguay es un país productor de alimentos, ¿sobre qué políticas debe trabajar para consolidarse e ingresar a más mercados en el mundo?
La Oficina de la FAO en Paraguay, en conjunto con la División de Economía Agroalimentaria de la FAO en Roma y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay, han trabajado para identificar sectores prioritarios de inversión agroalimentaria, que logren efectos positivos para generar y sostener el crecimiento económico y permitir una reducción de la pobreza. Un estudio denominado “Inversión pública productiva en la agricultura para la recuperación económica con bienestar rural”, nos describió que Paraguay ha logrado avances significativos en materia de crecimiento económico en los últimos años.
Paraguay tiene un enorme potencial para crecer en el sector agropecuario, para generar empleos, disminuir la pobreza, y ser un país reconocido por la producción de alimentos para el mundo.
Creemos que fortaleciendo políticas públicas, promoviendo la innovación en la agricultura en contexto con el cuidado del medio ambiente, se podrán lograr esos objetivos.
En Paraguay la agricultura representa una proporción importante del valor agregado, del empleo y de las exportaciones. En este sentido, en el contexto del país, es imprescindible explorar opciones de fortalecimiento de la agricultura como uno de los elementos para sostener la economía con bienestar, sobre todo luego de la pandemia. Para seguir ese camino, se puede determinar a dónde deberían dirigirse las inversiones públicas y privadas para asegurar los mayores retornos económicos y sociales. Creemos que promover la agricultura contribuirá al fortalecimiento de la economía, considerando que tiene encadenamientos importantes con otros sectores.
En las próximas semanas participará en Roma, Italia, del Foro de Inversiones de la FAO. ¿Cuáles serán las novedades?
Efectivamente, Paraguay participará con una delegación de alto nivel en el Foro Mundial de la Alimentación, que se realizará en Roma. Como uno de los eventos de ese encuentro está el Foro de Inversiones que se hace en el marco de la Iniciativa Hand in Hand o Mano de la Mano.
Durante varios meses hemos trabajado con el MAG en la construcción con el sector de producción, en una fuerte alianza público-privada, de dos notas de inversión -la cadena láctea y la producción de banana- que serán presentadas a la comunidad internacional, con el objetivo de lograr inversiones o apoyo de organizaciones internacionales.
Creemos que la participación de Paraguay en el Foro, más aún con el inicio de un nuevo gobierno, posicionará al país como uno en el que se pueden realizar inversiones en el sector agropecuario, que es creciente y prometedor.
La capacitación y la inclusión financiera son pilares para el progreso. Además de estos elementos, ¿qué otros deben ser contemplados?
Con el Ministerio de Agricultura y Ganadería venimos trabajando desde hace varios años en el fortalecimiento de la capacidad técnica para el sector rural. La FAO es un organismo que principalmente coopera en el área técnica, por lo que se pone mucho énfasis en instalar capacidades técnicas, considerando que son las instituciones públicas las que deben intervenir en los procesos productivos, principalmente, al menos desde la mirada de la FAO, en la agricultura familiar.
Un foco que estamos fortaleciendo es la inclusión financiera de las mujeres rurales. El último censo agropecuario brindó un dato muy interesante, en el sentido del papel, del rol y la importancia de la mujer rural en la agricultura, sobre todo la familiar.
Estamos trabajando con el Ministerio de la Mujer y también con el Crédito Agrícola de Habilitación para potenciar la inclusión financiera de las mujeres rurales. Precisamente ese es un eje que este año estamos considerando como uno de los principales.
Otros aspectos que se consideran importantes, y estamos trabajando en esas áreas, son la capacitación técnica de los agricultores y las agricultoras en manejo de suelo, el cuidado de las semillas, especialmente las nativas, y la protección del medio ambiente. A esto se suma la capacidad técnica fortalecida instalada en las instituciones que están a cargo del sector agropecuario.
¿Un ideal personal y cómo realizarlo?
Más que ideal personal, me gustaría mencionar que como organización esperamos seguir cooperando con el país para fortalecer la lucha contra la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, fortalecer la agricultura familiar para la provisión de alimentos inocuos, nutritivos y en cantidades adecuadas, lograr la igualdad entre mujeres y hombres, el desarrollo forestal sostenible y servicios ambientales, y la generación de resiliencia a los efectos del cambio climático. La presencia de Paraguay en el Foro de Inversiones en el marco de la iniciativa “Mano de la mano”, es una puesta de confianza y compromiso con el país.
La FAO seguirá cooperando en los ejes que establezca el país. Los procesos de traspaso de mando siempre abren posibilidades para analizar lo que se está haciendo para potenciar las acciones en busca de los objetivos trazados, por lo que el proceso que se vive en Paraguay en este momento permitirá repasar las bases establecidas para seguir trabajando para lograr un país más justo, en el que nadie quede atrás.
PERFIL
Agustín Zimmermann, representante de la FAO en Paraguay, y Oficial Superior Regional de Asuntos Políticos y de Enlace de la FAO para América Latina y el Caribe. Foto: Christian Meza.
  • Argentino. Economista por la Universidad Argentina de la Empresa. Magíster en Estudios Diplomáticos por el Instituto de Servicio Exterior de la Nación (ISEN), tiene un posgrado en Economía Internacional por la Universidad de Torcuato di Tella (UTDT).
  • En el año 2003, se integró al Servicio Exterior Argentino y desempeñó funciones en la Secretaría de Comercio Internacional, especializándose en las negociaciones del Acuerdo de Agricultura en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
  • En el año 2007 fue nombrado Representante Permanente Alterno ante la Agencias Especializadas en Roma (FAO – FIDA - PMA). Fue miembro de la Junta Ejecutiva del FIDA y representó a la Argentina en Comités Técnicos ante la FAO, FIDA y PMA.
  • Ingresó a la FAO en el año 2012 como Senior Attaché de Cabinet en la Oficina del Director General de la FAO.
  • Fue designado como Representante de la FAO en Ecuador en julio de 2019 hasta octubre de 2022.
  • En noviembre de 2022, fue nombrado como como Oficial Superior Regional de Asuntos Políticos y de Enlace en la oficina de la FAO para América Latina y el Caribe; y actualmente, también cumple funciones como Representante interino de la FAO en Paraguay.